6 de octubre de 2011

Metabolismo del T-rex: No hecho para un Carroñero Exclusivo

Pues como saben, un día como hoy, 6 de octubre, en el año 1905, el Tiranosaurio rex fue redescrito por Henry Fairfield Osborn, convirtiéndose desde entonces en el dinosaurio más famoso de todos. Y como sabrán, suelo dedicar este día a homenajear a esta celebridad cretácica. Por tal razón, hoy hablaré sobre el metabolismo de este terópodo y cómo éste estaba adaptado para un estilo de vida activo. Pero antes, un deseo para ustedes…




Muy bien, ahora hablemos sobre el metabolismo del T-rex.

Hoy en día, se sabe que los terópodos están más estrechamente relacionados con las aves que con los reptiles actuales, por lo que algunos estudios basados en la morfología terópoda, concluyen que éstos poseían un ritmo metabólico similar al de las aves. Dicho esto, muchos expertos afirman que para que el Tiranosaurio pudiera ser un carroñero, su olfato debía ser lo suficientemente agudo como para detectar carroña a una larga distancia, debió haber contado con un metabolismo de reptil, el cual permite que los reptiles de la actualidad necesiten mucho menos alimento que otros animales, debía pasar quizás de 8 a 12 horas al día caminando en busca de comida y por lo tanto, necesitaría unas patas traseras lo suficientemente desarrolladas como para recorrer largas distancias.

Está claro que el con su olfato, el T-rex podía oler un posible alimento hasta a tres millas de distancia. Los buitres de hoy utilizan este mismo sentido para detectar carroña. Para las los buitres, no es problema llegar a la fuente del olor en poco tiempo ya que sus alas le proveen velocidad mientras vuela. Como todas las aves, los buitres deben consumir una gran cantidad de alimento. Sin embargo, el Tiranosaurio no era un ave a pesar de estar relacionado con ellas y, además, no tenía alas para volar, por lo que si, como afirman algunos científicos, el T-rex fue un animal lento, necesitaría mucho tiempo para llegar hasta la ubicación de su comida y un metabolismo igualmente (o más) lento que le permitiera mantener su rumbo y suficiente energía a la velocidad a la que caminaba. Tal vez, con un metabolismo de reptil, el T-rex pudo haber tenido la oportunidad de esperar a detectar y llegar a su posible alimento a un paso lento. Unas patas largas implican músculos lo suficientemente fuertes para permitirle a la criatura caminar largos trayectos, pero para eso, los músculos necesitan recibir mucha energía y esto implica consumir una buena cantidad de comida cada cierto tiempo. El metabolismo de tipo “reptiliano” es ahorrador. Éste permite una sorprendente actividad física, pero sólo durante periodos muy cortos, por lo cual, los reptiles terrestres actuales se pasan la mayor parte del día estáticos. No pueden hacer otra cosa, excepto esperar a que se les acerque una presa. En cambio, los mamíferos y las aves sí pueden gastar bastante energía al ir en busca de comida o realizar otras actividades, pero para eso, necesitan reponerla constantemente.





Ilustración de Julius Csotonyi

Para un Tiranosaurio con un metabolismo tan lento y ahorrador, caminar entre ocho y doce horas diarias sería básicamente, imposible. Es decir, moriría de hambre al no tener suficiente energía para hacer todo ese recorrido, ya que la carne en descomposición comienza a perder valor nutricional en un período de tiempo relativamente corto, pues si bien, al alimentarse de una carcasa, el dinosaurio puede sentirse lleno, ésta no estaría proveyendo suficientes nutrientes y proteínas para que el mismo pueda obtener la energía necesaria. Por lo tanto, los músculos de sus patas, no estarían recibiendo suficiente energía como para permitirle caminar largos trayectos durante tantas horas. En otras palabras, para caminar todas esas horas, teniendo en cuenta el ritmo al que lo permitieran su patas con semejante metabolismo, el T-rex debía quemar tanta o más energía que un ave o un mamífero, pero reponiendo sólo una porsión de esa energía a un ritmo lento como el de un reptil.

En cambio, un animal con un metabolismo más rápido, podía enviar suficiente energía al cuerpo, pero para eso, el T-rex debía conseguir alimento de cada cierto período. Está claro que las patas traseras largas y musculosas del T-rex son ideales para recorrer largas distancias, pero un metabolismo reptiliano no le permitiría andar horas enteras buscando comida, por lo que el Tiranosaurio debía contar con una adaptación que le permitiera acceder y llegar a una fuente de alimento a pesar de que ésta se encontrara a una distancia considerable. Esto implicaría una locomoción rápida. Para esto, los músculos de sus patas tuvieron que ser lo suficientemente fuertes para ayudarlo a correr y por eso, debían recibir mucha más energía de la que gastaba al diario, pero con un metabolismo rápido que ayude al dinosaurio a realizar una constante actividad física, no parecía algo difícil. La longitud, la fuerza de los huesos y de la musculatura de las patas, entonces realmente le ayudaban a alcanzar grandes velocidades durante un corto período de tiempo, además de recorrer largos trayectos a paso lento. Pero como todo depredador, lo más probable es que el T-rex se alimentara de lo primero que encontrara para llevar energía su macizo cuerpo. En otras palabras, cuando las presas eran abundantes, este enorme terópodo se lanzaba a la caza, pero cuando el alimento era escaso, la necrofagia era la mejor opción.


Ilustración de Raúl Martín

Fuentes de información:
*http://www.wired.com/wiredscience/2011/01/tyrannosaurus-rex-scavenger/

*http://paleofreak.blogalia.com/historias/6485

Bueno, hasta la próxima.