Saludos, apreciados lectores.
Hoy, tenemos una nueva entrada para la sección "Según
el Lector" y esta vez, trataremos una controversia que se ha ido
intensificando durante los últimos meses sobre uno de los terópodos más
enigmáticos. La misma se resume en la pregunta: ¿Era el Espinosaurio cuadrúpedo
o bípedo? Antes de contestar a esta interrogante, veamos la información de la
que disponemos.
Tras la publicación del nuevo estudio sobre el Espinosaurio
publicado por Nizar Ibrahim y sus colegas el 12 de septiembre de 2014, se
levantó una gran polémica sobre la locomoción de este terópodo.
Izquierda: Representación de Ibrahim y su equipo
Derecha: Versión propuesta por Andrea Cau
Ilustración de Randomdinos de Deviantart
En su estudio, Ibrahim y sus colaboradores enuncian que el
Espinosaurio pudo haber sido el primer terópodo cuadrúpedo, siendo una
excepción a la regla. Como es sabido, el estudio parte de la recuperación de un
nuevo espécimen, el cual presenta huesos bien preservados de las patas
traseras, revelando que éstas son proporcionalmente más cortas que las de
cualquier otro terópodo. Además, los huesos de las caderas, incluyendo la
pelvis, también eran bastante reducidos. En adición, los resultados de su
estudio sugieren que el centro de masa del animal no estaría situado sobre sus
caderas, como se ve normalmente en los terópodos, sino más adelante en su
cuerpo. Esto, en conjunto con el diseño corporal del dinosaurio, el cual era de
estructura cilíndrica, llevó a los investigadores a pensar que aunque las patas
en realidad parecen ser bastante fuertes, no lo eran lo suficiente para
permitirle a la criatura soportar todo su peso usando sólo sus patas traseras,
llevándolos a concluir que el Espinosaurio se vería obligado a adoptar la
postura cuadrúpeda para balancearse mientras se trasladaba en tierra,
apoyándose sobre sus fuertes patas delanteras, como lo hacen otros dinosaurios
como por ejemplo, los prosaurópodos, los hadrosaurios y los iguanodóntidos,
siendo así un cuadrúpedo facultativo capaz de desplazarse ocasionalmente con
dos patas y ocasionalmente, usando las cuatro.
Espinosaurio cuadrúpedo de Ibrahim y su equipo
Sin embargo, muchos paleontólogos no coinciden con esta
idea, pues varios estudios han revelado que las patas delanteras de los
terópodos no estaban diseñadas para la locomoción cuadrúpeda, pues no presentan
adaptaciones en el arco escapular, el antebrazo y los huesos del carpo que les dotara
de la fuerza y movilidad requerida para dicho tipo de desplazamiento, a
diferencia del patrón que se ve en los prosaurópodos y ornitópodos. A esto se suma el hecho de que los pocos huesos encontrados de las patas delanteras del Espinosaurio (específicamente, los falanges) sugieren que la morfología de los brazos no era muy diferente a la de los de un terópodo convencional. No
obstante, debido a que aún no se han identificado más huesos de los brazos del Espinosaurio,
la controversia está lejos de concluir, pues si bien éste presentaba
excepciones en las patas traseras, pudo o no haberlas presentado también en las
delanteras, mas no hay suficiente material para determinarlo con exactitud.
Recientemente, el
paleontólogo italiano, Andrea Cau publicó en su blog una hipótesis sobre la
posibilidad de que el Espinosaurio pudiera haber asumido una postura trípode
(casi erguido y utilizando su cola como apoyo). Esto lo hizo basándose en un
estudio realizado el pasado año que explora la posibilidad de que algunos
diplodócidos pudieran haber hecho lo mismo.
Según esta nueva hipótesis, las altas espinas neurales del
Espinosaurio permitían una mayor inserción de los músculos epiaxiales (los que
se extienden a lo largo de la columna vertebral), lo que fortalecería la
columna vertebral. Su cuerpo no era tan robusto como el de otros terópodos y la
parte frontal era relativamente grácil y por último, presentaba una cola
considerablemente larga, proveyendo mayor espacio para los músculos epiaxiales
de la parte trasera del cuerpo, que actuaría como una palanca que le permitiría
al animal elevarse y mantener una posición trípode. Sin embargo, es de notar
que este tipo de postura probablemente sólo podría ser mantenido de forma
temporal debido al diseño corporal de la criatura, además de que el peso que
ejercería la vela dorsal dificultaría asumir tal postura. Por otra parte, otros
expertos, como Jaime A. Headden ya han expresado sus dudas ante este
planteamiento, indicando que espinas neurales flexibles implicarían que el
animal tuviese más dificultades para pasar de una posición horizontal a una casi
vertical, ya que eso sólo se contrarrestaría con una musculatura epiaxial más corta
y ancha con tal de que los músculos actúen sobre áreas más pequeñas y así ejerzan
mayor fuerza en los huesos para poder mantener esta posición.
El Espinosaurio trípode de Andrea Cau
Ilustración de Michael Vall de Deviantart
No obstante, poco después de la publicación del estudio de
Ibrahim, Andrea Cau ya había publicado una hipótesis sobre la posibilidad de que el
Espinosaurio, como el resto de los terópodos, fuese capaz de desplazarse en dos
patas. En ésta sugiere una posición parecida a la apreciable en los pelícanos y
otras aves de pesca actuales, la cual ubicaría el centro de masa del animal en
un punto no muy distinto al de otros terópodos, permitiéndole moverse en dos
patas sin demasiado esfuerzo. Esta postura consiste en que el dinosaurio contraería
sus brazos levemente y posicionaría su cuello de una forma casi perpendicular
al cuerpo, el cual estaría sujeto a las largas espinas neurales mediante una
serie de ligamentos que le ayudarían a sostener el peso de la cabeza. Estas
adaptaciones en conjunto con su larga cola, le permitirían al animal asumir la
postura bípeda de forma constante y en un estilo no muy distinto al visto
comúnmente en los terópodos.
Versión del Espinosaurio en "postura de pelícano" de Andrea Cau
Sin embargo, cabe destacar que aún existe controversia sobre
las dimensiones de las patas traseras publicadas por Ibrahim y sus colegas, la
cual iniciaría cuando Sott Hartman revisara las estimaciones de la región
pélvica y las patas traseras en la reconstrucción de Ibrahim y Sereno y encontrara que éstas no parecían ser consistentes con las propuestas
en el estudio, siendo reducidas en un 27% en el modelo, por lo que las patas
traseras y la región pélvica pudieron haber sido un poco más grandes. De ser
esto cierto, el centro de masa probablemente estaría localizado más cerca de
las caderas, permitiendo al Espinosaurio asumir la posición bípeda sin
problemas. No obstante, Hartman admitió que sus procesos de medición no eran
del todo exactos poco antes de contactar a Ibrahim para aclarar sus dudas sobre
el asunto, quien respondería que las medidas del equipo fueron tomadas con
precisión, además de que su reconstrucción tampoco es 100% exacta y que actualmente está trabajando en una monografía más detallada
sobre los datos obtenidos y los procesos implementados durante la
investigación. Ibrahim también mencionó algunos detalles sobre los procesos de
medición, con algunos de los cuales, Hartman estuvo de acuerdo y con otros de
los cuales, no lo estuvo. Posteriormente, en respuesta a varias dudas
presentadas por el paleontólogo Mark Witton sobre este asunto, Simone Maganuco,
quien participó en el estudio, indicaría que la discordancia entre los valores
publicados y los propuestos se debía posiblemente a la falta de una imagen que
incluyera los puntos de referencia utilizados para tomar las medidas y para
determinar la escala implementada, imagen que fue provista a Witton, quien tras
probar las técnicas sugeridas, obtuvo resultados similares a de Ibrahim y sus
colegas. A partir de entonces, la controversia sobre las proporciones de las patas traseras de esta criatura ha cesado, mas no ha culminado.
Desde que se hizo pública la nueva apariencia del
Espinosaurio, la postura y locomoción de esta criatura ha sido objeto de
polémica. En menos de un año, diferentes hipótesis se han formulado con el fin
de explicar cómo se desplazaba este terópodo y es probable que muchas más sean
presentadas eventualmente.
¿Cómo creen ustedes que se desplazaba el Espinosaurio en
tierra? ¿Piensan que pudo haberse movido sólo sobre sus patas traseras sin
problemas pese a las proporciones de éstas? ¿Creen que pudo haber presentado
adaptaciones para la locomoción cuadrúpeda en las patas delanteras? ¿Opinan que
hubo un error durante el proceso de medición en el nuevo estudio? ¿Tiene alguna
idea distinta sobre cómo se movilizaba este animal en tierra firme? Denos su
opinión en los comentarios.