6 de octubre de 2013

Dinoficha: Tiranosaurio rex

Bueno, ha llegado el 108 Aniversario del rey de los dinosaurios, queridos lectores. Sin embargo, creo que ya hemos hablado bastante sobre el Tiranosaurio a lo largo de este año. Así que en lugar de publicar un homenaje a nuestro querido T-rex, hoy, 6 de octubre de 2013, celebramos el Día de Rex con su tan anhelada dinoficha. Así que sin más preámbulos, aquí está finalmente la dinoficha del legendario ¡Tiranosaurio rex!

Tiranosaurio rex
Localización: Norteamérica
Clasificación: Saurischia, Terópodo, Tiranosáuridos
Significado del nombre: “Rey lagarto tirano”
Tamaño: 12-15 metros de largo
Período: Cretáceo
Dieta: Carnívoro

Características 
El Tiranosaurio rex ha sido el carnívoro terrestre más grande que haya vivido en lo que hoy es América del Norte. Dado que se han descubierto más de 30 ejemplares de este dinosaurio, algunos de los cuales están bien conservados, se tiene una idea bastante certera de su aspecto físico. El Tiranosaurio llegaba a medir de 12 a 15 metros de longitud, alcanzaba una altura de 4 a 5 metros y se estima que podía llegar a pesar de 5 a 9 toneladas. Este dinosaurio tenía un enorme cráneo de más de 1.53 metros de largo y se componía de una gran cantidad de huesos fusionados, lo que le daba una estructura más maciza que la vista en otros terópodos. Sin embargo, la característica principal del Tiranosaurio rex era su enorme boca, con la que era capaz de engullir hasta 230 kilos de carne y huesos en un solo bocado. Ésta estaba dotada de 50 anchos dientes de hasta 19 centímetros de largo, capaces de triturar huesos, además de desgarrar carne. Estos dientes eran curvos, lo que le ayudaba a sostener a su presa con mayor firmeza al momento de atacar. Gracias a su estructura mandibular y a los músculos del cráneo, este terópodo podía ejercer de 3.6 a 5.8 toneladas de fuerza (de 35.6 a 57.2 kilonewtons) al morder. Las ventanas orbitales del T.rex estaban posicionadas hacia el frente, por lo que sus ojos apuntaban hacia la misma dirección, proveyéndole al animal una visión binocular estereoscópica. A pesar de contar con una estructura maciza, gran parte de los huesos de este gran carnívoro eran huecos, lo cual era común en los terópodos y le ayudaba a ganar rapidez mientras se movía debido a que le restaba peso. Como todo terópodo, el T.rex, se movía sobre sus patas traseras, las cuales estaban dotadas de fuertes huesos y poderosos músculos que le permitían moverse con gran rapidez. De hecho, un estudio reciente reveló que el Tiranosaurio poseía fuertes músculos caudofemorales que se extendían desde el muslo hasta la larga cola de la criatura, proporcionándole fuerza. El mismo dio a demostrar que las costillas en las vértebras de la cola del T. rex se encuentran bastante arriba, dejando un amplio espacio a lo largo del extremo inferior de la cola, de tal forma que los extensos músculos caudofemorales se expandían y se engrosaban, dándole al animal una gran fuerza de tracción al momento de correr. Los miembros delanteros, por otro lado, eran muy pequeños y su función es objeto de debate. Las teorías más aceptadas sugieren que servían principalmente para balancear el peso de su enorme cráneo. Estos pequeños brazos sólo estaban compuestos por dos dedos diminutos en cada extremidad. Sin embargo, un estudio demostró que a pesar de ser cortos con relación al tamaño del animal, estaban dotados de fuertes músculos que le permitían levantar cargas de hasta 180 kilogramos. Por esa razón, algunos paleontólogos afirman que las extremidades delanteras del T.rex pudieron haber tenido otra función, además de ayudarle a sostener el peso de su enorme cabeza. Otro tema de polémica sobre la apariencia del T.rex consiste en la presencia de plumas en su cuerpo debido a los recientes hallazgos de tiranosauroides emplumados en Asia. La mayoría de los expertos sostiene que, a diferencia de sus relativos orientales, el Tiranosaurio no necesitaría una capa de plumaje compleja, contando sólo con una escasa o bien, ninguna presencia de plumas en su cuerpo, ya que éste vivía en un ambiente más cálido y, gracias a su enorme tamaño, su organismo quemaba calorías a un ritmo más acelerado que el de sus semejantes asiáticos, lo que significa que no necesitaría un mecanismo de termorregulación corporal externo. Sin embargo, pocos descartan la posibilidad de que, al menos en sus etapas juveniles, el T.rex estuviese cubierto por una fina capa de plumón que no sólo le ayudaría a conservar su temperatura corporal, sino que también le brindaría camuflaje.

Descubrimiento e Historia
En el año 1902, inspirado por una supuesta roca fosilizada en forma de hueso, descubierta en 1892 por Edward Drinker Cope (1840-1897), la cual se usaba como “pincha papeles” en el Museo de Historia Natural en New York, el paleontólogo Barnum Brown (1873-1963) realizó una expedición a Wyoming, donde descubrió el esqueleto del dinosaurio al que pertenecía la roca de Cope. El espécimen fue llamado “Dynamosaurio imperiosus”. Sin embargo, Brown no sabía que había descubierto al dinosaurio que algún día se convertiría en el más famoso de todos los tiempos, el Tiranosaurio rex. El nombre “Tiranosaurio Rex” le fue otorgado al espécimen de Brown el 6 de octubre de 1905 por su jefe, Henry Fairfield Osborn. 
Eventualmente, la roca de Cope, anteriormente llamada "Manospondylus gigas" fue asignada por Osborn al género "Tyrannosaurus" en 1912. A partir de entonces, se desenterró una cantidad considerable de fósiles de Tiranosaurio, pero ninguno consistía en un esqueleto completo. No fue hasta el 12 de agosto de 1990 que Susan Hendrickson, unida a un equipo del Instituto de Black Hills, realizó una expedición a Dakota del Sur y descubrió los restos del Tiranosaurio más completo que se haya encontrado hasta el día de hoy. El espécimen fue apodado “Sue” y es el ejemplar mejor articulado y preservado que se halla desenterrado de un Tiranosaurio y hoy, se exhibe en el Field Museum of Natural History, Chicago. Sue parecía haber sido también el más grande, antes de que los restos incompletos de un T-rex apodado “Celeste rex” fueran descubiertos en el año 2000 por un equipo del Museo de las Rocosas, Montana. Los huesos recuperados de este espécimen parecían superar en tamaño a los de Sue. Los paleontólogos han afirmado que este nuevo espécimen pudo haber alcanzado los 15 metros de largo, convirtiéndolo en el fósil del mayor Tiranosaurio jamás descubierto y llevando a los científicos a especular que el T-rex pudo haber sido aún más grande de lo que habían imaginado. Lo más sorprendente, sin embargo, es que se han hallado numerosos ejemplares que parecen superar las estimaciones del tamaño promedio propuestas para este terópodo. Desde que Barnun Brown descubrió el primer esqueleto de Tiranosaurio, se han encontrado más de 30 especímenes en la zona oeste y central de los Estados Unidos y al sudoeste de Canadá.  

Cerebro, Sentidos e Inteligencia
El Tiranosaurio es uno de los pocos dinosaurios cuyo cerebro ha sido estudiado de forma precisa. Es sabido que este terópodo poseía un cerebro del mismo tamaño que el de un gorila en el que, al igual que muchas aves de presa, la parte frontal estaba ocupada por grandes lóbulos olfativos. Esto indica que este dinosaurio podía olfatear una comida potencial a una distancia de 4 kilómetros o incluso, más. El Tiranosaurio tenía, además, un gran sentido de la audición que no sólo le permitía escuchar a sus presas a gran distancia, sino que también le ayudaba a identificar la dirección de donde provenía un sonido. Estudios recientes demuestran que el oído interno del Tiranosaurio muestra la capacidad de detectar ondas de sonido de baja frecuencia y por si fuera poco, estaba conectado, mediante una serie de nervios, a un tejido almohadillado en la base de sus patas traseras, lo que le permitía incluso sentir vibraciones leves a gran distancia. En cuanto a su sentido de la visión, es de notar que sus ojos estaban posicionados de tal forma que lo dotaban de una excelente visión binocular. Ésta le proporcionaba una mejor percepción de la distancia entre él y un punto fijo que aquellos animales cuyos ojos están posicionados en dirección opuesta. Sin embargo, algunos estudios han demostrado que su nervio óptico era pequeño con relación al tamaño del cráneo, lo que le dificultaría cazar en la oscuridad de la noche. Es probable que en estas circunstancias su visión dependiera principalmente del movimiento, además de valerse de sus demás sentidos. Respecto a su inteligencia, los restos descubiertos han revelado que el cerebro de esta criatura era muy pequeño con relación a su enorme cuerpo. Aún así, muchos científicos deducen que el Tiranosaurio era un animal astuto que se las ingeniaba para emboscar a sus presas, ya que la astucia y el intelecto no son factores dependientes del tamaño del cerebro del animal.

Hábitat   
El Tiranosaurio vivió desde hace 70 millones de años hasta hace 65 millones de años, a finales  del Cretáceo, en lo que hoy se conoce como Norteamérica. Se piensa que para entonces, éste era un lugar frondoso y de clima subtropical. Hay evidencia de que el hábitat del T.rex estaba compuesto por inmensos bosques, abundantes en coníferas, helechos, cicadáceas y otras plantas con frecuencia halladas en lugares con clima tropical o subtropical. Probablemente, este hábitat también consistía en zonas montañosas y extensas praderas alimentadas por cuerpos de agua dulce. Estos vastos terrenos subtropicales ocupaban casi toda la zona Oeste y una pequeña parte de la zona central de Norteamérica y contenían una abundante fauna que incluía paquicefalosaurios, troodóntidos, dromaeosáuridos, ornithomimusaurios, ankylosaurios, ceratopsianos, hadrosaurios, entre otros. Es probable que el Tiranosaurio rex habitara en las zonas más frondosas, desde donde acechaba a cualquier presa potencial, oculto tras la vegetación.


Comportamiento
Se han descubierto fósiles de T-rex con marcas de mordida causadas por otros de su especie. Algunos de estos ejemplares muestran signos de sanación, lo que sugiere que sobrevivieron al ataque, aunque también se han encontrado fósiles con heridas severas que, según algunos expertos, pudieron haber sido la causa de su muerte. Esto sugiere que el Tiranosaurio atacaba incluso a otros miembros de su especie y que, posiblemente, fue un animal territorial. Sin embargo, hallazgos recientes confirman que este dinosaurio cuidaba de sus crías. En el año 2000, se encontraron en Montana fósiles de Tiranosaurio pertenecientes a cinco individuos de diversa edad, los cuales parecen haber muerto en el mismo lugar, al mismo tiempo. Basándose en esto, algunos paleontólogos sugieren que es probable que el T.rex, a pesar de haber sido un animal agresivo que defendía su territorio, en época de reproducción adoptara un comportamiento grupal. Según estos expertos, en algunos casos, la familia permanecería unida hasta que las crías tuvieran la edad suficiente para valerse por sí mismos. Otras teorías dicen que, en ciertos casos, el macho era expulsado por la hembra luego de un tiempo, ya que hay ocasiones en que los machos de algunas especies de carnívoros devoran a su propia progenie, principalmente, en momentos de desesperación como la estación seca. Se piensa también que ocasionalmente, los adultos iban en busca de alimento, dejando a las crías vulnerables ante cualquier posible amenaza. No obstante, nuevas evidencias apuntan a que el T-rex defendía a sus crías durante cierto período de tiempo y que incluso les enseñaba a conseguir alimento por sí mismos, al menos, hasta que ellos lograran hacerlo de forma independiente o inclusive, durante mucho tiempo después. Según algunas teorías, es probable que una vez los jóvenes alcanzaban madurez, los miembros de la manada empezarían a sentirse estresados por situaciones como la disponibilidad de alimento, lo cual producía enfrentamientos entre ellos y posiblemente, cada individuo intentaría expulsarse el uno al otro de la zona de caza hasta que todos tomaban caminos separados e iban en busca de su propio territorio. Es probable que este comportamiento familiar no se volviera a repetir hasta la siguiente época de reproducción. Otra línea teórica sugiere que el Tiranosaurio era un animal con un sentido social bastante complejo que, generalmente, cazaba y se movía en manadas. Los expositores de esta teoría sostienen que los enfrentamientos entre miembros de la misma especie pudieron deberse a conflictos por el derecho a la reproducción o bien, a confrontaciones con miembros de otra manada.
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Y por supuesto, no podemos cerrar esta entrada sin antes decirles...


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