27 de septiembre de 2014

El Espinosaurio a Través de la Historia

Hola, queridos lectores.

Primero que nada, quisiera agradecer a Cristian González por darme la idea de publicar esta entrada. En segundo lugar, también quiero agradecer a todos los lectores y seguidores del blog, pues es gracias a ellos que continuamos creciendo e innovando el mismo con más y más información sobre estas fabulosas criaturas que nunca dejan de fascinar nuestras mentes hasta el punto de que hoy me sienta complacido de anunciar que Mundo Terópodo está celebrando su quinto aniversario. Una vez más, gracias a todos por sus visitas y por su interés en el contenido de este, su blog.

Ahora, con la "Revolución del Espinosaurio" en pleno auge, hablemos un poco sobre cómo ha ido cambiando el Espinosaurio, así como nuestra percepción sobre esta magnífica criatura a través de la historia.

Cuando fue descubierto en Egipto por el reconocido paleontólogo alemán, Ernst Stromer von Reichenbach en 1912, el Espinosaurio rápidamente se convirtió en toda una sensación. Para el propio Stromer, este gigante era un enigma y los pocos huesos encontrados también dejaban claro que era una criatura como ninguna otra. De hecho, no había nada parecido a este animal con lo que pudiera compararse, así que los científicos y artistas de entonces no tenían ninguna referencia sobre su aspecto. Debido a esto y a la escases de material, Stromer partió de la información disponible hasta el momento. Las mandíbulas y algunos dientes encontrados eran clara prueba de que se trataba de un dinosaurio carnívoro, las vértebras dorsales presentaban extensas espinas neurales, indicando la presencia de una estructura prolongada en el lomo y el propio tamaño de los huesos sugería que el animal era enorme. Así que Stromer utilizó estas características y las asoció a los estándares de la época, imaginando e ilustrando al Espinosaurio como un carnosaurio parecido al Megalosaurio, pero mucho más grande, alcanzando una altura de entre 9 y 10 metros y con una enorme vela en el lomo.

Ilustración del Espinosaurio de Stromer de 1936

Esta imagen fue aceptada por la comunidad científica y propagada por los medios durante las siguientes décadas, algunos incluso sugerían que la inusual estructura en el lomo de la criatura la obligaría a movilizarse utilizando sus cuatro patas debido al peso que ésta generaría sobre su cuerpo, pero como era de esperarse, no faltaba oposición a esta idea.

Ilustración de Giovanni Caselli

A través de los años, el Espinosaurio fue acoplándose a los descubrimientos y estudios que eventualmente iban cambiando las ideas que teníamos sobre la postura, locomoción y apariencia de los dinosaurios, pero con frecuencia fue visto como un carnosaurio de 12 metros de largo con vela.

Ilustración de John Temperton

No sería hasta el año 1988 (76 años después de su descubrimiento) que Gregory S. Paul compararía al Espinosaurio con un nuevo dinosaurio descubierto en Inglaterra en 1986, el Baryonyx walkeri. El Baryonyx era un dinosaurio peculiar, ya que, como el Espinosaurio en su tiempo, presentaba características poco comunes y no apreciables en ningún otro dinosaurio terópodo... Excepto uno. Basándose en algunas observaciones hechas por Philippe Taquet, Paul señaló múltiples similitudes entre el Baryonyx y el Espinosaurio, incluyendo sus mandíbulas similares a las de los cocodrilos y sus dientes cónicos y poco curvados, estableciendo una conexión entre ambos y clasificándolos en una misma familia: Spinosauridae, nombre basado en las publicaciones de Stromer en 1915 (Al establecer una nueva familia cladística, se utiliza el nombre del primer organismo clasificado en ella. En este caso, el Espinosaurio por haber sido nombrado antes que el Baryonyx). De esta forma, Paul supuso que el Espinosaurio, como el Baryonyx, tendría un cráneo estrecho y achatado de forma tubular. No obstante, sus señalamientos no fueron aceptados a la ligera, por lo que el Baryonyx tuvo su propia familia (Baryonichidae) durante una década y el Espinosaurio (al cual se le relacionaba más con el Acrocanthosaurio) mantenía la suya. Esto cambiaría en 1996, cuando Philippe Taquet y Dale Russel describieron un nuevo ejemplar de Espinosaurio que incluía fragmentos de la mandíbula superior, lo que confirmaría los planteamientos de Paul. Como la del Baryonyx, las mandíbulas del Espinosaurio eran estrechas y achatadas, indicando que ambos dinosaurios no sólo eran similares, sino que estaban emparentados. Así, Paul Sereno publicaría la relación entre los dos dinosaurios bajo la familia propuesta por Paul cuando en 1998 anunció el descubrimiento de un nuevo miembro de la misma, el Suchomimus tenerensis, encontrado en las cercanías de yacimientos de Espinosaurio, aunque en rocas más antiguas. Sereno dividió a la familia en dos ramas: Baryonychinae (entonces representada por el Baryonyx y el Suchomimus) y Spinosaurinae (entonces representada por el Espinosaurio y otro espinosáurido encontrado en Brasil descrito en 1996, el Irritator challengeri), destacando algunas diferencias entre los géneros que la conforman, entre las que destaca el tamaño y la distribución de los dientes y la contextura craneal. Tras estos descubrimientos,el Espinosaurio ya no era representado como un carnosaurio, sino como un Baryonyx con vela, imagen que no tardó en popularizarse.

Reconstrucción del Espinosaurio basada en la representación del Baryonyx de G. S. Paul

Ilustración de Felipe A. Elías

Ahora se sabía que el Espinosaurio era una criatura muy diferente a la que se imaginó en un principio, pero algo aún no quedaba claro. En 1997, el paleontólogo norteamericano, Jack Bowman Bailey sugirió que la peculiar estructura en el dorso del Espinosaurio en lugar de una vela, pudo haber sido en realidad, una joroba. Bailey hizo alusión al parentesco anatómico entre las largas espinas neurales en las vértebras dorsales del terópodo y las elevaciones vertebrales apreciadas en la columna vertebral de varios mamíferos actuales, como el bisonte y sugirió que el patrón visto en las vértebras del Espinosaurio se asemejaba más al de éstos que al de reptiles primitivos con vela, como el Dimetrodón, el Edaphosaurio o el Arizonasaurio. Según él, esta estructura le ayudaría a almacenar energía en un ambiente hostil. Una teoría similar había sido propuesta por el mismo Stromer a principios de ese siglo. No obstante, estudios y descubrimientos posteriores, revelaron que el hábitat del Espinosaurio no era nada parecido al actual Desierto del Sahara de donde suelen provenir sus fósiles, sino que era un mundo muy húmedo, exuberante y rebosante de vida, por lo que la idea de una joroba que proporcionara un suministro energético comenzó a perder vigor, aunque bien, no fue del todo desechada.

Ilustración de IRIRIV de Deviantart

Pero buscar respuestas con el material disponible era casi imposible, pues los restos hallados hasta el momento en realidad, no proporcionaban mucha información sobre la apariencia del animal, ya que sólo consistían en pocas partes del esqueleto y éstas a su vez, consistían en material muy fragmentario. Por la misma razón, hubo también mucha polémica sobre el tamaño que alcanzaba el animal y en adición a eso, ninguno de los fósiles pertenecía a un ejemplar adulto, lo que dificultó llegar a un consenso. La mayoría de las estimaciones rondaban entre los 12 metros de longitud propuestos desde hacía varias décadas hasta los 15 metros de largo, mas es de notar que la mayoría de estas estimaciones no fueron científicamente publicadas. No obstante, en 2005, nuestra visión del Espinosaurio tomó un giro cuando Cristiano Dal Sasso publicó la descripción de un morro incompleto, pero con una particularidad no vista en otros fósiles previamente hallados. Se trataba del primer hueso de un Espinosaurio adulto jamás encontrado. Luego de una serie de cálculos y comparaciones, Dal Sasso expuso unas nuevas estimaciones oscilantes entre los 16 y los 18 metros de largo para la enigmática bestia, siendo las mayores propuestas para un terópodo.

Pero eso no fue todo. Debido a la escases de material, siempre se utilizó material de otros espinosáuridos para reconstruir a este misterioso titán. Las representaciones hechas hasta el momento partían mayormente de la fisionomía del Baryonyx y el Suchomimus, ya que éstos se conocían por más material. Con la publicación de Dal Sasso, sin embargo, se comenzó a ver un Espinosaurio más diferente al Baryonyx y más parecido al Irritator especialmente, en lo que respecta al cráneo, pues Dal Sasso basó una buena parte de su reconstrucción en la estrecha relación entre el espinosáurido brasileño y el gigante africano, utilizando el material de Irritator para rellenar algunos de los huecos. Si bien es cierto que ambos dinosaurios al pertenecer a géneros distintos, presentan múltiples diferencias entre sí, generando un margen de error en estas reconstrucciones, es de tener en cuenta que dado el material disponible y la estrecha relación entre estos dos géneros en comparación con los que conforman la rama de los baryoniquinos, éstas constituyen la representación fisionómica más cercana a la posible apariencia del Espinosaurio. Además, el descubrimiento de otro espinosáurido similar encontrado en Brasil en 2011, el Oxalaia quilombensis, muestra indicios de que las diferencias entre los espinosaurinos no son tan marcadas.

Ilustración de Steveoc86 de Deviantart

Pero por cada nueva pieza del rompecabezas que se encontraba, aparecía otro hueco por llenar. Desde un comienzo, una de las pocas cosas que se conocían de esta bestia era que tenía largas espinas neurales en las vértebras dorsales que formaban una estructura semicircular sobre su lomo y en general, no hubo discordia sobre el diseño de la misma, ¿o sí?... Pues la verdad es que sí. A pesar de que hubo consenso entre muchos sobre la forma en que Stromer había interpretado la posición de las vértebras dorsales, no todos estaban acuerdo. Por esa razón, a través de los años, esta estructura ha experimentado múltiples cambios y ha sido objeto de diferentes interpretaciones de acuerdo distintas investigaciones sobre la anatomía del animal. De ahí que nunca hubo mucha seguridad sobre la distribución exacta de las vértebras que conforman la misma. Muchos analistas coincidían en que ésta adoptaría una forma semicircular, no muy diferente a como originalmente la propuso Stomer en sus documentaciones.

Ilustración de Gregory S. Paul

Otros la ilustraban de forma similar a como se veía en otros dinosaurios con una estructura parecida encontrados en la misma zona geográfica, como el Ouranosaurio.

Ilustración de Lukas Panzarin

Algunos otros sugerirían que la estructura se extendería prácticamente, por toda la columna vertebral, incluyendo el cuello y la cola.

Ilustración de Scott Hartman

Y otros propondrían arreglos en los que las espinas neurales serían más alargadas a medida que se acercaban a las caderas y que a partir de ahí, experimentarían un grado de reducción más notable.

Ilustración de Jaime A. Headden

Cabe destacar, sin embargo, que éstos son sólo algunos de los ejemplos más comunes de una amplia gama de interpretaciones. Y si algo éstas dejaron claro es que las reconstrucciones de este misterioso dinosaurio están lejos de una que pudiera considerarse como definitiva. De hecho, tan recientemente como hoy, el Espinosaurio está experimentando no una, sino varias transformaciones.  Éstas son producto de nuevos descubrimientos que se han estado realizando desde hace algunos años.

Todo comenzó en 2008, cuando un puñado de fósiles llegó a las manos del paleontólogo marroquí, Nizar Ibrahim. Tras una búsqueda exhaustiva, el pasado año Ibrahim y un equipo encontraron el yacimiento de esos fósiles, donde hallaron más piezas. Este nuevo material ha proporcionado pistas que una vez más, cambiarían radicalmente nuestra percepción del Espinosaurio. En primer lugar, las estimaciones de la longitud de la criatura propuestas por Dal Sasso en 2005 se han reducido a poco más de 15 metros. Otro cambio anatómico apreciable se ve en la distribución de las espinas neurales y con esto, ha cambiado también la forma de la vela dorsal, la cual ahora se representa de manera cuadriforme y estando más elevada en los extremos, formando una especie de surco en la parte superior al centro de la misma y siendo distinta a toda percepción previa. No obstante, quizá lo más interesante es que el nuevo ejemplar incluye varios huesos de las patas en buen estado de preservación, revelando que el Espinosaurio había desarrollado adaptaciones propicias para un estilo de vida semiacuático. Entre ellas, destaca el hecho de que las patas traseras eran notablemente cortas con relación a las de otros terópodos y compuestas por huesos densos, además de que los huesos pedales eran aplanados, siendo similares a los de algunas aves de pesca de la actualidad y estando de esta manera, perfectamente diseñados para la natación. Es probable que mientras el animal aún vivía, la planta de sus patas contuviera una especie de membrana, como la vista en las patas de los cocodrilos, los pingüinos, los albatros y otros animales que suelen pasar un tiempo considerable en el agua, lo cual no es de extrañarse al considerar que desde mediados de la década del 2000, ya se habían estado descubriendo pistas que indicaban que este dinosaurio había desarrollado una estrecha relación con el agua.

Ilustración de Davide Bonadonna

Paul Sereno, publicador secundario del estudio, señaló que el Espinosaurio era más parecido a los cocodrilos de lo que se había pensado anteriormente, indicando que era una criatura altamente dinámica en el agua, pero no muy activa en tierra, donde necesitaría apoyarse sobre sus cuatro patas para moverse debido a la ubicación del centro de masa en su alargado cuerpo y a la corta longitud de las patas traseras. No obstante, esta imagen no tardó en ser refutada y fue aquí donde empezó a surgir más de una versión de la nueva apariencia del Espinosaurio.

Ilustración de Davide Bonadonna

Tras ver el nuevo estudio, Scott Hartman notó que las medidas de la nueva reconstrucción no parecían coincidir con las publicadas en el artículo y así hizo unas correcciones en el modelo, aumentando las proporciones de las patas y la región pélvica un 27% para ajustarlas a los valores indicados en el estudio, resultando en una representación que si bien, no presentaba patas traseras tan largas como las de otros terópodos, le daban un diseño anatómico que le permitiría asumir la postura bípeda al moverse sobre tierra. Hartman e Ibrahim se han mantenido en contacto desde entonces y han estado aclarándose sobre los procesos de medición.

Arriba: La versión del Espinosaurio de Sereno e Ibrahim
Abajo: La versión de Hartman
(Ilustración editada por Scott Hartman)

Esto ha levantado mucha polémica, pero también ha llevado a nuevas observaciones, entre las que resaltan las del paleontólogo italiano, Andrea Cau, quien ha expuesto una serie de hipótesis apoyándose en los nuevos descubrimientos. En una de ellas, sugiere una nueva postura consistente con la reconstrucción de Sereno e Ibrahim en la que establece que de ser correcta, el Espinosaurio podría moverse sobre sus patas traseras sin mayores dificultades.

Representación del Espinosaurio de Andrea Cau

De acuerdo a Cau, al asumir una posición parecida a la apreciable en los pelícanos actuales, el centro de masa del animal no estaría ubicado en un lugar muy diferente al de otros terópodos, mas posicionar el cuello de esa forma requeriría fuertes ligamentos adheridos a las espinas neurales para soportar el peso de la cabeza. Sin embargo, es de notar que esta teoría no ha sido científicamente acreditada.

Los científicos y artistas aún continúan buscando respuestas sobre la apariencia y el estilo de vida de este gigante utilizando como referencia todo el material disponible. Los nuevos descubrimientos van aportando cada vez más piezas de este complejo rompecabezas, pero aún hay muchos huecos por llenar. Hasta el día presente, la imagen del Espinosaurio continúa cambiando, así como nuestra percepción sobre él y esto está lejos de terminar. A medida que se continúe estudiando esta fascinante y enigmática criatura, su aspecto irá transformándose y también, nuestro concepto sobre ella. Si las interpretaciones de los científicos y analistas hoy nos llevan a ver al Espinosaurio de dos, tres o cuatro diferentes maneras, ¿de cuántas más lo veremos mañana? ¿Qué otras transformaciones experimentará esta bestia en el futuro? Pero más importante, ¿Se descubrirá algún día la verdadera apariencia del Espinosaurio? Bueno, sólo el tiempo dará las respuestas a estas interrogantes.

Fuentes:
  1. Libro "Predatory Dinosaurs of the World" de Gregory S. Paul
  2. Copia del artículo "New information on the skull of the enigmatic theropod Spinosaurus, with remarks on its sizes and affinities." publicado por: Cristiano Dal Sasso, Simone Maganuco, Eric Buffetaut y Marco A. Mendez
  3. http://blogs.scientificamerican.com/tetrapod-zoology/2011/11/16/the-discovery-and-early-interpretation-of-spinosaurus/
  4. http://www.smithsonianmag.com/science-nature/was-spinosaurus-a-bison-backed-dinosaur-12849430/?no-ist
  5. http://qilong.wordpress.com/2011/02/22/spinosaurus-a-hint/
  6. http://www.uchicago.edu/features/massive_hunter_prowled_waters_edge/
  7. http://www.skeletaldrawing.com/home/theres-something-fishy-about-spinosaurus9112014
  8. http://www.skeletaldrawing.com/home/aquatic-spinosaurus-the-authors-responsd9182014
  9. http://theropoda.blogspot.it/2014/09/spinosaurus-revolution-episodio-ii-ode.html
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Como nota, indico que en algún momento estaré actualizando el post anterior (La Nueva Cara del Espinosaurio) con información que ha sido publicada recientemente, incluyendo más detalles sobre los comunicados de Hartman e Ibrahim y sobre las nuevas hipótesis de Andrea Cau.

Saliendo un poco del tema, parece ser que el Espinosaurio ha sido la estrella del blog este mes, así que podríamos decir que durante septiembre celebramos en Mundo Terópodo "El Mes del Espinosaurio". Un interesantísimo mes, debo agregar.

Y bueno, cierro esta entrada anunciando que estaré revisando y editando algunas de las entradas antiguas, ya que me parece que es hora de actualizar la información en varias de ellas. Aunque como sabrán, esto no es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana. En fin, los dejo con esta imagen como motivo de la celebración de nuestros 5 años y como una muestra de agradecimiento.

6 comentarios:

  1. Felicidades por el blog, es muy explicativo y en el concentras muchos datos interesantes.
    Una pregunta sobre la polémica que esta girando a la nueva reconstrucción del Spinosaurus, ¿es por las proporciones de la nueva reconstrucción, o más bien por los pocos datos que ha proporcionado el equipo de investigación para hacer esta nueva teoría que propone un cambio tan radical?

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  2. Gracias, José Miguel. Me alegra verte por aquí y que te agrade el blog.

    Respondiendo a tu pregunta, en realidad, es por ambas razones. El equipo de investigación al parecer, no presentó todos los datos en este estudio, habiéndose enfocado más bien en lo que respecta al probable estilo de vida del dinosaurio, mas sí propusieron esas proporciones (sin detallar mucho sobre sus métodos), lo que llevó al debate que hoy vemos aquí y allá en la web. No obstante, en su respuesta a Hartman, Ibrahim mencionó que estudios más detallados están esperando por ser publicados. Esta es una de las cosas sobre las que pienso abundar cuando actualice el post anterior (ahí también encontrarás tu aporte, por el cual nuevamente te agradezco).

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. yo lo que no entiendo de los paleontólogos es cómo se inventan toda una criatura habiendo descubierto de ella a penas cuatro huesos..claro, normal que cambie tanto...yo creia que los paleontólogos eran científicos, que no dan naa por hecho hasta que se demuestra, pero no..yo me suento engañado y defrauado..no por el espinorario..que me parece un animal mucho ma interesante ahora que antes, sino por los paleontólogo que dieron por sentado que el animal es de una manera sin pruebas..ahora reconstruciones de esqueletos en museos, parque jurasico e incluso documentales recientes ( planeta dinosaurio por ejemplo) están fallidos, no sirven para nada

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  5. Muchas gracias por tomar en cuenta mi idea.
    Escribiste un gran articulo, francamente no tenia idea de la cantidad de cambios que habia sufrido este dinosaurio, lo ironico en estos casos es que mientras mas se conoce acerca de una especie mas falta por conocer.

    Saludos.

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  6. Quisiera pedir disculpas al autor por mi forma grosera de comentar en el articulo "La Verdadera Cara del Espinosaurio", también quisiera aportar algo de información con el fin de que los artículos sean lo mejor posibles, claro si es que uds lo desean.

    Excelente articulo

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