12 de junio de 2014

Deinocheirus: De Ornithomimosaurio a 'Anatomimosaurio'

Saludos a todos.

Bueno, pues creo que es hora de reposar un poco de las dinofichas y de publicar algo distinto para variar. Así que en esta ocasión, hablaremos sobre una serie de descubrimientos que ha sido objeto de gran atención durante algunos meses, pues están resolviendo un misterio oculto durante muchos años.

Mientras la noticia de un dinosaurio híbrido en la futura secuela de la saga de Jurassic Park, "Jurassic World" puso a los fans de la franquicia con los pelos de punta hace unas semanas, la noticia de un verdadero dinosaurio híbrido ha tenido a los científicos y a los dino-entusiastas con una sonrisa de oreja a oreja. Se trata del Deinocheirus mirificus, un dinosaurio durante mucho tiempo conocido sólo por un par de enormes brazos fosilizados de aproximadamente, dos metros y medio de largo descubiertos en 1965 por la paleontóloga polaca, Zofia Kielan-Jaworowska. Éstos nos dijeron que se trataba de un ornithomimosaurio muy grande, ya que los metacarpos (los huesos de los dedos más cercanos a la palma de la mano) presentaban una longitud similar (una característica distintiva de este grupo), mas no ofrecían más detalles sobre la fisionomía del animal. Sin embargo, luego de casi medio siglo de ser un completo enigma, la verdadera apariencia del Deinocheirus finalmente está saliendo a la luz.

Los brazos descubiertos en 1965

 La historia de cómo este extraño terópodo fue lentamente descifrado se remonta a los años 2006 y 2009, cuando una serie de expediciones coreano-mongolas descubrieron dos nuevos ejemplares. Sin embargo, tras ser extraídos, los fósiles tuvieron diferentes paraderos y parte del material se extravió.

En noviembre de 2013, durante la reunión anual de la Society of Vertebrate Paleontology (SVP) en Los Angeles, California se anunció la recuperación del nuevo material que pudo conservarse. Estos nuevos restos dejaron a la comunidad científica atónita, pues revelaron un detalle muy peculiar sobre la anatomía de este misterioso terópodo, dando a conocer que se trataba de un animal mucho más raro de lo que cualquiera hubiera imaginado. El Deinocheirus presentaba espinas neurales considerablemente largas en las últimas vértebras dorsales, formando una estructura parecida a la apreciable en el Concavenator de España. En otras palabras, el Deinocheirus poseía una joroba o quizá, una especie de vela en su lomo, un rasgo nunca antes visto en ningún coelurosaurio. Mas eso fue sólo el principio.

Entre el nuevo material anunciado en noviembre del pasado año, se encontraba una buena parte del esqueleto, pero aún faltaban las patas traseras y el cráneo del animal, la pieza más importante del rompecabezas. Dichos huesos habían sido robados durante el traslado de los ejemplares y nunca fueron encontrados, pero curiosamente casi al otro lado del mundo, François Escuillié, director del concesionario de fósiles en Gannat, Francia divisó un cráneo sospechoso junto con huesos que parecían pertenecer a las patas traseras de un terópodo de gran tamaño. En 2011, le pidió a Pascal Godefroit del Real Instituto Belga de Ciencias Naturales en Bruselas que fuese a revisar los huesos. Insinuando que éstas eran las piezas restantes de los ejemplares extraídos durante las expediciones coreano-mongolas, ambos se reunieron con el equipo que organizó las expediciones y para sorpresa y deleite de todos, el cráneo encajaba perfectamente en el esqueleto encontrado en 2006.

El cráneo recientemente recuperado reveló que como en todo ornithomimosaurio, éste era alargado, estrecho en los costados y presenta un pico desdentado, pero algo en él difiere de forma notable. En el extremo del pico, éste se expande y se achata, asemejándose al pico de un pato.

El cráneo recuperado por Escuillié (el fósil en la esquina derecha)

Así, a finales del pasado mes de mayo, se informó la recuperación del material restante, el cual fue enviado de regreso a Mongolia y con esto, también se anunció el nuevo aspecto del Deinocheirus.

El Deinocheirus en su nuevo aspecto. Ilustración de Robin Liesens.

Éste es sin duda un dinosaurio como ninguno visto antes. Es un híbrido que combina características de los ornithomimosaurios, los therizinosaurios, los espinosaurios e inclusive, de los hadrosaurios, pese a que éstos últimos ni siquiera están emparentados con la línea terópoda. De esta forma, se hizo evidente para los paleontólogos que el Deinocheirus estaba haciendo algo diferente a sus relativos de menor tamaño, lo que dio lugar a nuevas discusiones sobre el estilo de vida del Deinocheirus (especialmente, sobre su alimentación). Incluso, se ha especulado sobre la posibilidad de que éste haya ocupado un nicho similar al de algunas aves semiacuáticas, adoptando una dieta omnívora basada en peces y plantas ribereñas. Pero dado que el nuevo material aún no ha sido estudiado con precisión, actualmente resulta complicado llegar a una conclusión. Es necesario analizar más minuciosamente los fósiles para tener una idea más clara de cómo vivía esta criatura. De modo que el misterio del Deinocheirus continúa, pero lentamente se va aclarando.

Ilustración de Andrey Atuchin donde se muestra al Deinocheirus adoptando un estilo de vida parecido al de algunas aves semiacuáticas de la actualidad.

No obstante, ahora sabemos una cosa con seguridad. El Deinocheirus ya no será visto como el ornithomimosaurio gigante con 'manos terribles' que alguna vez cautivó nuestras mentes. Era un animal mucho más extraño y fascinante de lo que habíamos pensado.