13 de febrero de 2015

Dinoficha: Albertosaurio

Saludos a todos.

Pues hoy toca la primera dinoficha del año, que trata sobre un tiranosáurido bastante conocido, aunque a menudo opacado por dinosaurios más resaltantes en los medios, como su pariente más grande, el Tiranosaurio rex. Pero este es un dinosaurio que nos cuenta mucho sobre la diversidad, la apariencia y el posible comportamiento de esta familia y de alguna u otra forma, de los terópodos en general. Sin más preámbulos, la dinoficha del Albertosaurio.

Albertosaurio
Modelo de CM Studio

Localización: Norteamérica
Clasificación: Saurischia, Terópodo, Tiranosáuridos
Significado del nombre: “Lagarto de Alberta”
Tamaño: 9 metros de largo
Período: Cretáceo
Dieta: Carnívoro

Características
El Albertosaurio era un tiranosáurido de tamaño moderadamente grande, alcanzando una longitud de 9 metros, una altura de 3 metros y un peso oscilante entre las 1.5 y 2 toneladas. Como en todo tiranosaurio, presentaba brazos relativamente cortos con relación al tamaño de su cuerpo, provistos de dos dedos. Sin embargo, en el Albertosaurio estos brazos eran proporcionalmente más largos que en otros miembros de la familia. No obstante, es muy poco probable que ésos fueran útiles a la hora de cazar o de competir contra otros depredadores. En cambio, su cabeza era considerablemente grande y su cuello, relativamente corto, indicando la presencia de grandes músculos en la parte posterior del cráneo. Esto es indicio de que poseía mandíbulas proporcionalmente fuertes con relación a otros terópodos de tamaño similar. Estudios indicaron que el Albertosaurio podía ejercer hasta 0.35 tonelada (3.4 kilonewtons) de fuerza al morder, lo cual es potente teniendo en cuenta sus dimensiones y la constitución del cráneo. La boca de este terópodo estaba provista de cerca de 70 largos y afilados dientes, que eran moderadamente robustos y estaban curvados hacia atrás, siendo perfectos para sujetar a sus presas aún si éstas forcejeaban en su intento por escapar. Estos dientes variaban de forma y tamaño dependiendo de su ubicación en las mandíbulas. El Albertosaurio presenta un cráneo más alargado que el visto en otros tiranosarios, en el que se puede apreciar una pequeña cresta frente a sus órbitas oculares, cuya función es desconocida, aunque hay quien sugiere que ésta pudo haber sido un medio de comunicación visual, siendo en los machos de color más llamativo para llamar la atención de las hembras y para alertar a sus rivales. Sus patas traseras eran considerablemente largas y sus huesos eran relativamente anchos, indicando la presencia de músculos poderosos que probablemente le permitían correr a gran velocidad. De hecho, se cree que pudo haber alcanzado velocidades de hasta 48 km/h, lo cual es bastante rápido considerando su tamaño.

Descubrimiento e Historia
Los primeros fósiles de Albertosaurio descubiertos son también los primeros restos de dinosaurio encontrados en Canadá. Éstos fueron recuperados en las cercanías del Río Red Deer, en la provincia de Alberta en el año 1884 por Joseph Burr Tyrrell, quien inspiraría el nombre del Royal Tyrrell Museum, localizado en la misma provincia. Este ejemplar consistía en partes del cráneo, pero en 1889, Thomas Chesmer Weston recuperó más partes del esqueleto, junto con otro cráneo más pequeño. En 1892, Edward Drinker Cope propone el nombre "Laelaps incrassatus" para los ejemplares ignorando que dicho nombre ya había sido asignado a un tipo de ácaro 15 años antes. Su rival, Othniel Charles Marsh aprovecha la ocasión para asignar la especie al género "Dryptosaurus", bajo el cual Lawrence Lambe describió los especímenes entre 1903 y 1904. No obstante, en 1905, al notar diferencias entre el Dryptosaurio y el material de Alberta, Henry Fairfield Osborn los asigna a una nueva especie a la que nombra como "Albertosaurus sarcophagus" en una breve nota en su descripción del Tiranosaurio rex, aludiendo al lugar donde los huesos fueron encontrados. Actualmente, estos primeros ejemplares se encuentran en el Museo Canadiense de la Naturaleza, Ottawa y se han encontrado más de 30 ejemplares adicionales desde que estos primeros fósiles fueron hallados. No sólo en Alberta, sino también en los estados de Alaska, Montana y Wyoming, Estados Unidos. Algunos de estos hallazgos consisten en especímenes de diversas edades diseminados en el mismo lugar, lo que ha dado paso a la idea de comportamiento gregario.

¿Vida en Sociedad?
En 1910, el paleontólogo Barnum Brown, del Museo Americano de Historia Natural en Nueva York realizó una expedición al Río Red Deer en la que hizo un descubrimiento asombroso. Éste consistía en una cama de huesos que contenía numerosos huesos pertenecientes a diferentes especímenes de Albertosaurio. La cantidad de fósiles era tan grande, que Brown no pudo llevarse todos los huesos al museo y lamentablemente, la ubicación exacta de la cantera donde se realizó este hallazgo no quedó registrada en los documentos del museo. No obstante, se conservaban algunas fotos y en 1997, un equipo del Museo Real Tyrrell de Paleontología, guiados por el Dr. Philip J. Currie reencontró el sitio, el cual hoy se sabe está localizado en el Parque Provincial de Dry Island Buffalo Jump. Currie y sus colegas han estado continuando las excavaciones desde entonces y de ellas, han recuperado un gran número de especímenes de Albertosaurio. Lo más sorprendente sin embargo, es la presencia de restos de individuos de diversas edades y el hecho de que no se hayan encontrado restos de dinosaurios herbívoros en la zona. Según algunos paleontólogos, incluyendo al propio Currie, esto es indicio de comportamiento gregario. Ellos teorizan que estas agrupaciones pudieron haber consistido grupos familiares formados por individuos de varias generaciones que no solo cazaban en manadas, sino que se movían en ellas. Sin embargo, otros paleontólogos sostienen que la concentración de individuos puede deberse a que éstos fueron arrastrados por una inundación u otro fenómeno natural y que no necesariamente se trate de una manada.

Hábitat
El Albertosaurio habitó en lo que actualmente es América del Norte hace entre 73 y 70 millones de años. Entonces, amplias planicies se extendían alrededor de valles y terrenos montañosos en el oeste del continente. Al norte, el clima se hacía más templado, mientras que al sur era más cálido y húmedo. Este era un terreno cubierto por extensos bosques subtropicales, predominantes en diversos tipos de coníferas y helechos y gozaba de una amplia variedad de cuerpos de agua dulce que se formaban a medida que el clima se hacía más estable y se reducía el Mar Interior Occidental. En este mundo frondoso y exuberante, manadas de ceratopsianos, como el Styracosaurio y el Pachyrhinosaurio y hadrosaurios, como el Edmontosaurio, el Lambeosaurio y el Corythosaurio se movilizaban en busca de alimento. Junto a éstos prosperaban los ankylosaurios, como el Edmontonia y el Euplocephalus, los pachycephalosaurios, como el Stegoceras y varios terópodos de pequeño tamaño, incluyendo dromaeosaurios, ornithomimusaurios, troodóntidos y ovirraptóridos. Todos estos probablemente formaban parte del menú del Albertosaurio, siendo éste quizá el depredador ápice de su ecosistema.

Comportamiento
La cantidad de fósiles de Albertosaurio descubierta nos ofrecen una buena idea de cómo lucía en vida, pero determinar su comportamiento suele ser un asunto confuso. El hallazgo en Dry Island Buffalo Jump parece sugerir que el Albertosaurio cazaba y se movía en grupos familiares. De ser esto cierto, es posible que este terópodo se congregara para proporcionar protección a los individuos más jóvenes y para facilitar la caza. Algunos piensan que mientras un grupo permanecía al cuidado de las crías, otro se encargaría de buscar comida. También se ha sugerido que éstas tuviesen un orden y una conducta social relativamente compleja y que cada miembro de la manada desempeñara un papel determinado a la hora de cazar y de defender a la manada. Algunos científicos, como Philip Currie teorizan que los individuos jóvenes, al ser más rápidos, pudieron encargarse de perseguir a la presa y conducirla hacia los de mayor edad, los cuales al ser más fuertes, se encargarían de derribarla. Otros piensan que todos los miembros de la manada desempeñarían roles similares y que actuarían juntos para dispersar a las manadas de dinosaurios herbívoros en busca de los individuos más débiles o para acorralar a su presa luego de emboscarla. De esta forma, las crías aprenderían a cazar a una edad relativamente temprana. Sin embargo, también es de considerar que no todos opinan que el Albertosaurio necesariamente haya empleado una conducta gregaria. No obstante, la mayoría coincide en que los individuos jóvenes permanecían bajo el cuidado de uno o ambos padres durante un período considerable de tiempo, hasta que la competencia entre los miembros del grupo eventualmente los obligara a separarse y a valerse por sí mismos.