28 de diciembre de 2010

T-rex: Locomoción de un Terópodo Gigante

En esta ocasión, me gustaría presentarles este artículo, escrito hace ya un tiempo, el cual está basado en un estudio propio, realizado mediante data e información recopilada de diversas fuentes. Algunas de ellas, no necesariamente están asociadas a la paleontología, sino a la biología y zoología en general. Espero que sea de su interés.

Para determinar la velocidad a la que pudo correr un dinosaurio, los científicos se basan principalmente en la longitud, forma y tamaño de los huesos de las patas del animal. En el caso del T-rex, las mediciones sugieren que el fémur y la tibia del eran aproximadamente de la misma longitud, aunque la tibia era levemente más larga.
Hoy día, podemos ver esto en algunos animales como los lobos y los elefantes. Este patrón permite a los animales dar zancadas cortas, pero en muy poco tiempo. Sin embargo, en animales como el leopardo y el avestruz, la tibia es mucho más alargada que en los anteriormente mencionados. Esto les permite dar zancadas más largas, aunque con menos rapidez. Al comparar al T-rex con un elefante, se puede notar que la estructura ósea de sus patas y su peso corporal son semejantes, lo cual lleva a otra implicación de este diseño osteológico. Además de proporcionarle zancadas rápidas, esta estructura es ideal para sostener el considerable peso del animal. Dado que el leopardo y el avestruz tienen una morfología liviana, no necesitan esta estructura ósea para sostener su peso, contrario a lo que ocurre con el T-rex y el elefante.

De haber contado con una estructura ósea en la que la tibia fuese considerablemente más larga que el fémur, el macizo T.rex no hubiera podido soportar la musculatura necesaria para elevarse sobre sus patas y por lo tanto, hubiese tenido que estar todo el tiempo con la cabeza en bajo para no quebrar su espalda ni sus caderas. No obstante, en el caso de animales que, como el T-rex, cuentan con una estructura en la que el fémur y la tibia son de longitud similar, como los elefantes y los lobos, ésta funciona como contrapeso para la masa corporal. Aun así, notaremos que el elefante no puede moverse a gran velocidad (posiblemente a unos 18 km/h a la carrera) mientras que los lobos, al tener menos masa corporal son capaces de alcanzar una velocidad mayor (quizá unos 64 km/h al correr). Si el T-rex era similar a un elefante en peso y estructura ósea, es posible que se asimilara en velocidad. Pero entre el Tiranosaurio y el elefante hay una diferencia radical: el T-rex era bípedo, mientras que el elefante es cuadrúpedo. Esto significa que como los avestruces, el Tiranosaurio podía elevar y estirar mucho más las patas que los animales cuadrúpedos, como el elefante y como muchas de sus presas. Pero esto también significa que debía sostener todo el peso de su cuerpo sólamente con sus miembros traseros para lo cual, necesitaría una gran musculatura en sus patas traseras. Estos músculos debían ser incluso más grandes y más fuertes que los de un elefante. Dado que los fósiles demuestran que los huesos en las largas patas traseras del T-rex eran anchos y fuertes y sus caderas eran bastante alargadas, los paleontólogos afirman que el Tiranosaurio debió haber tenido una musculatura muy sofisticada. Además, se ha descubierto que los músculos y los huesos de las patas del Tiranosaurio se fusionaban entre sí, transmitiendo una gran fuerza muscular, nerviosa y ósea a medida que el animal se movía, lo que le otorgaba buena tracción. Entonces, estos músculos seguramente brindaban fuerza a sus patas traseras y esto le daba velocidad al Tiranosaurio. De modo que al desarrollar esta estructura ósea, el Tiranosaurio rex podía dar zancadas rápidas, al ser bípedo, podía estirar sus patas a mayor distancia que la mayoría de sus presas y al contar con una musculatura que le daba soporte a los huesos para sostener el peso de su cuerpo, estaba equipado con excelentes adaptaciones para lanzarse a la carrera.

No obstante, calcular la velocidad de un animal extinto es un asunto de gran dificultad, por lo que no existe una evidencia sólida que permita afirmar con toda seguridad la velocidad a la que se movía un dinosaurio. Se argumentan teorías de que el T-rex podría alcanzar velocidades que oscilaban entre 30 y 70 km/h. Algunos científicos afirman que la masa muscular de las patas del Tiranosaurio seguramente era muy sofisticada y proveía gran fuerza a las mismas, ellos establecen que el T-rex podía superar por mucho los 30 km/h como velocidad máxima, aunque ciertamente, si alcanzara una velocidad de 70 km/h el riesgo en una caída sería mortal, ya que se quebraría la mayoría de sus huesos anteriores y hasta sus músculos. Por tal razón, gran parte de los expertos sugieren la probabilidad de que el Tiranosaurio rex alcanzara una velocidad de cerca de 40 km/h a 52 km/h, aunque bien, no por períodos muy extensos. Estos expertos plantean que las fuertes y largas patas del Tiranosaurio seguramente le permitían superar las estimaciones de aquellos científicos que piensan que, por su gran peso, el Tiranosaurio no podría superar los 30 km/h, y que sí podía llegar a esa velocidad estimada de 40-52 km/h, a la cual, el riesgo de una caída sería mucho menor que la velocidad de 70 km/h estimada por aquellos científicos que argumentan que la musculatura de sus patas traseras equivaldría a casi la mitad de su peso corporal.

23 de diciembre de 2010

Dinoficha: Incisivosaurio gauthieri

Incisivosaurio

Localización: China, Asia
Orden: Saurischia
Suborden: Terópodo
Familia: Ovirraptorosaurianos
Significado del nombre: Lagarto incisivo
Tamaño: 1 metro de largo
Período: Cretáceo
Dieta: Herbívoro (aunque posiblemente omnívoro)

Características
El Incisivosaurio ha sido uno de los dinosaurios más extraños que se haya descubierto. Este pequeño terópodo tenía un cráneo de 10 cm de largo en el cual, contaba con una boca que medía más de la mitad del cráneo, en la que poseía un pequeño pico, una mandíbula inferior delgada y un gran número de dientes, lo que lo diferencia de los demás ovirraptorosaurianos, ya que éstos eran comúnmente desdentados. Algo sorprendente de estos dientes es que tienen adaptaciones comúnmente vistas en animales herbívoros. Pero su característica más sobresaliente son sus dientes frontales o incisivos, semejantes a los que se ven en los roedores. Éstos probablemente eran usados para mordisquear plantas de todo tipo. Como todos los miembros del grupo de los ovirraptorosaurianos, el Incisivosaurio presentaba brazos largos, dedos largos y garras afiladas en cada dedo. Debido al linaje del que proviene, los científicos han especulado que también presentaba una capa de plumas y que contaba con la presencia de alas no diseñadas para en vuelo. Posiblemente las utilizaba en tiempos de cortejo para atraer pareja.

Descubrimiento y Estudios posteriores
El incisivosaurio fue descubierto en el año 2002, en la formación de Yixian, cercana a la ciudad de Beipiao, al nordeste de China. Más tarde, ese mismo año, fue descrito por Xing Xu, quien demostró que el Incisivosaurio presentaba la dentición más compleja vista en un ovirraptorosauriano. Se le dio el nombre de Incisivosaurio gauthieri en honor a sus notables incisivos y al Dr. Jaques Gauthier, el inventor de la filogenia, un modo de clasificación de especies vivientes. Xing Xu afirmó que este ejemplar fue seguramente la base del grupo carnívoro de los ovirraptóridos que más tarde vagarían por Asia. En su estudio descubrió que sus dientes presentaban desgaste temporal como sucede con la mayoría de los animales que se alimentan de plantas. Más tarde en un estudio realizado por Osmolska, se identificó que las características esqueléticas que distinguen al Incisivosaurio, incluyendo el alargado hocico, la delgada quijada inferior y los dientes exclusivamente vistos en este dinosaurio, demostraron una posible relación entre los ovirraporosaurianos y los terizinosaurios, los cuales a su vez, estuvieron relacionados con los ornithomimusaurios, por lo que ahora se piensa que estos tres grupos en un pasado compartieron un linaje común. También se ha especulado sobre la probabilidad de que el Incisivosaurio, como los demás miniraptores de los que había descendido, estuviese cubierto por una capa de plumas ya que se piensa que sus antepasados alguna vez, estuvieron lo suficientemente desarrollados como para levantar el vuelo.


Alimentación
Debido a las adaptaciones que se ven en su dentadura, la mayor parte de los paleontólogos afirman que el Incisivosaurio fue un dinosaurio herbívoro. Cada uno de sus dientes está diseñado para masticar y moler vegetación, lo cual lo convierte en un miembro inusual de la orden terópoda. Sin embargo, se han encontrado ya otros terópodos que también presentan características herbívoras tales como los terizinosaurios y los ornithomimusaurios, por lo que ahora se piensa que todos estos grupos (ovirraptorosaurianos, ornithomimusaurios y terizinosaurios) están de alguna manera emparentados. Pero sin duda alguna, el Incisivosaurio posee características nunca antes vistas en ningún terópodo antes hallado. Sus dientes incisivos están claramente diseñados para arrancar ramas, hojas, tubérculos y toda la vegetación que este terópodo pudiera alcanzar y digerir. Dado a todas las adaptaciones notables en sus dientes, el Incisivosaurio seguramente, solía alimentarse de plantas. No obstante, hay científicos que plantean que el Incisivosaurio presentaba una dieta omnívora, siendo capaz de alimentarse de insectos y posiblemente pequeños reptiles, al mismo tiempo que plantas, raíces y quizá hasta de los tallos de la vegetación baja. De todas formas, todos coinciden en que este dinosaurio tenía una dieta principalmente herbívora.


Hábitat
El Incisivosaurio vivió en lo que hoy llamamos China hace unos 128 a 125 millones de años. En ese entonces, casi toda la región Este de Asia estaba cubierta por extensas y espesas selvas, junglas y bosques lluviosos que eran frecuentemente afectados por actividad volcánica proveniente de áreas montañosas cercanas. El follaje y los suministros de agua en estas regiones estaban siempre disponibles ya que la estación húmeda duraba casi todo el año en estas selvas. De modo que las zonas llanas de las mismas eran afectadas regularmente por inundaciones. Era en lugares como éste en que el Incisivosaurio habitaba y compartía su entorno con otros dinosaurios como el Microraptor, el Mei Long, el Sinornithosaurio y los grandes titanosaurios que estremecían la tierra con su paso mientras vagaban por aquellos ecosistemas volcánicos.

Comportamiento
Es poco lo se sabe de este magnífico dinosaurio ya que sólo se ha encontrado un solo espécimen. Debido a la escasez de evidencia fósil, los paleontólogos aún no tienen una idea clara que les permita afirmar que el Incisivosaurio haya vivido en grupos sociales o solitariamente. Algo en que la mayoría de los científicos concuerdan es en la probabilidad de que este terópodo inusual estuviese cubierto de plumas y como muchos miniraptores, que contara con la presencia de alas no aptas para el vuelo, por lo que se piensa que el Incisivosaurio macho seguramente tenía una coloración más brillante en su plumaje y especialmente en sus alas, las cuales utilizaba para exhibición durante la época de cortejo y así atraer a la hembra. Se cree también que el plumaje pudo haber servido como señal para sus enemigos y tal vez lucir más grande o más agresivo de lo que aparenta. Según algunos paleontólogos, este lenguaje corporal era probable en aquellas especies de dinosaurios emplumados y de acuerdo a ellos, el Incisivosaurio no hacía la diferencia.

19 de diciembre de 2010

Reapertura del Blog con la Primera Dinoficha

Mis saludos a todos los lectores de "Mundo Terópodo". Me disculpo por todo el tiempo que tuve desatendido el blog. El tiempo y las obligaciones diarias no han sido favorables, pero luego de casi un año, "Mundo Terópodo" vuelve a abrir sus puertas con nuevas sorpresas y un nuevo diseño. Esperamos disfruten de las diversas novedades que se planean ofrecer en este, su blog.

Para reabrir el site, comienzo con nuestra primera dinoficha, dedicada al Eoraptor lunensis, uno de los dinosaurios más primitivos que se haya descubierto. Es tan antiguo que aún no ha sido clasificado. Sin embargo, es sabido que comparte muchos rasgos con los terópodos y jugó, sin lugar a dudas, un papel de suma importancia en su origen, desarrollo y éxito.


Eoraptor

Localización: Argentina, Sudamérica
Orden: Saurischia
Suborden: Terópodo (posiblemente)
Familia: “no identificada”
Significado del nombre: “Ladrón del Amanecer”
Tamaño: 1 metro de largo
Período: Triásico
Dieta: Carnívoro

Características
El Eoraptor se caracteriza por ser uno de los dinosaurios más antiguos que se halla descubierto. Presentaba varias adaptaciones primitivas como una pelvis que comparte características tanto saurísquias como ornitísquias. El cráneo del Eoraptor medía 12 cm y tenía una estructura ósea liviana, lo que lo asimilaba a muchos dinosaurios más avanzados pero con características poco comunes en los mismos. Los ojos del Eoraptor eran bastante grandes, perfectos para una visión nocturna y para detectar los rápidos reflejos de sus presas. El Eoraptor poseía tres tipos de dentadura. La mayoría de sus dientes eran afilados y estaban curvados hacia atrás, lo que lo asimilaba a los terópodos que más tarde heredarían la Tierra. Por otro lado, también presentaba varios dientes rectos y en forma de hoja anteriores al premaxilar y al maxilar, similares a los de los ornitópodos y de la misma manera, presentaba otra dentadura en forma de hoja aunque más curvada muy similar a la de los saurópodos, por lo que los paleontólogos piensan que se alimentaba principalmente de insectos voladores; debido a que esta variedad inusual de dientes eran útiles para atrapar insectos y a su vez para masticar superficies similares a las plantas como las alas de las libélulas y otros insectos. No obstante, también se sugiere que pudo haberse alimentado de criaturas como pequeños reptiles, anfibios y carroña. El Eoraptor se conoce por un esqueleto casi completo. Éste ha dado a notar las primeras señales del futuro dominio que tendrían los dinosaurios. El Eoraptor tenía sus patas traseras fundidas en una de las zonas de su cadera, dándole una estructura más fuerte, por lo cual, estaban posicionadas debajo de su cuerpo, lo que le permitía moverse con mayor precisión que los reptiles actuales. Además, su cola rígida se mantenía paralela al suelo, otorgándole un mejor equilibrio. Como los futuros terópodos, este animal era bípedo y sus patas traseras duplicaban la longitud de las delanteras. Otra característica primitiva de este dinosaurio antiguo es que tenía cinco dedos en sus patas delanteras, dos de éstos eran relativamente diminutos y no presentaban garras. Estos dedos desaparecerían con el paso de millones de años de evolución. Los otros tres eran lo suficientemente alargados y desarrollados para manipular alimento y estaban provistos de largas y afiladas garras. La evidencia ha revelado que el Eoraptor podía medir al menos 1 m de largo y 45 centímetros de altura, y que podía pesar aproximadamente 12 kilos. Con una estructura liviana y unas patas traseras especialmente hechas para la velocidad, el Eoraptor contaba con excelentes adaptaciones para correr más rápidamente que los demás animales de su entorno.

Descubrimiento y hallazgos
El Eoraptor fue descubierto en el año 1991 por el paleontólogo Ricardo Martínez del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de San Juan, en la región de Ischigualasto o también llamado “Valle de la Luna”, en donde anteriormente se hallaron los restos de otro dinosaurio que vivió con el Eoraptor, el Herrerasaurio. El descubrimiento de este dinosaurio antiguo fue prácticamente accidental. Martínez llevaba unos 30 días explorando el Valle de la Luna en busca de fósiles hasta que finalmente encontró una roca poco común. Tras recoger y observar atentamente la roca, Martínez supo que se trataba de un cráneo completo y perfectamente preservado al notar lo que seguramente eran los dientes de un pequeño dinosaurio. Bajo este curioso cráneo, Ricardo Martínez desenterró un esqueleto casi completo del dinosaurio. Dos años más tarde, en 1993, el espécimen fue descrito y consecuentemente nombrado por el paleontólogo estadounidense Paul Sereno y su equipo de la Universidad de Chicago como “Eoraptor lunensis”.

El Dinosaurio Pionero
El nombre “Eoraptor” significa “ladrón del amanecer”. Este nombre le fue otorgado porque su aparición marcó el amanecer de la Era de los dinosaurios. Esto se debe a que el Eoraptor fue uno de los primeros dinosaurios en pisar la Tierra. Tan sólo el fósil de un prosaurópodo hallado en Madagascar demuestra ser más antiguo, aunque aún permanece bajo estudio y descripción, por lo que su edad no ha sido del todo comprobada. Aún así, el Eoraptor es uno de los dinosaurios más antiguos de los que se tenga registro. Su morfología es tan primitiva que ha dificultado a los científicos su clasificación. De hecho, muchas veces suele clasificarse como el punto de partida entre ornitischia y saurischia y hasta se ha sugerido que ni siquiera haya sido un dinosaurio, sino, un reptil antecesor a los mismos o un dinosauromorfo. Sin embargo, algunas de sus características son comúnmente vistas en algunos saurísquios, específicamente, en los terópodos, por lo que algunos estudios realizados por paleontólogos y otros científicos lo han posicionado como un eslabón entre el grupo saurísquio y el linaje terópodo o más arriesgado aún, en un grupo posterior la división pélvica en la evolución de los dinosaurios pero anterior a Saurischia al que los científicos llaman Eusaurischia que significa “antes que los saurísquios’’. De todas formas, no hay duda de que el descubrimiento de este primitivo reptil ha marcado el punto de partida que los científicos utilizan para formular sus hipótesis y teorías sobre la evolución de los dinosaurios.

Hábitat
Hace unos 231 millones de años atrás, en el período triásico, Sudamérica estaba unida al resto de los continentes, formando lo que los científicos llaman Pangea. En ese entonces, los niveles de oxígeno eran muy elevados con relación a la actualidad, lo que permitió que animales como los reptiles adquirieran una diversa variedad de formas y tamaños, ya que éstos contaban con las adaptaciones necesarias para sobrevivir en este medio ambiente. Inmensos bosques pantanosos y oscuros se extendían a lo largo y a lo ancho de Sudamérica y cubrían también gran parte de África. En estos lares húmedos, ricos en coníferas y cicadáceas primitivas, se empezó a desarrollar un nuevo tipo de reptiles que marcarían la historia de la Tierra para siempre. El triásico estaba dando a conocer a los primeros dinosaurios del mundo. Entre ellos estaba el Eoraptor. Éste vivía oculto entre la vegetación, alimentándose de insectos y de animales de pequeño tamaño mientras permanecía alerta ante los grandes depredadores cuyo lugar en la cadena alimenticia pronto les sería arrebatado por los descendientes de este dinosaurio primitivo.

Comportamiento
Es poco lo que se sabe sobre el comportamiento del Eoraptor debido a que la evidencia fósil es escasa. Sin embargo, algunos científicos sugieren la posibilidad de que el Eoraptor haya vivido en grupos pequeños de no más de cinco individuos para garantizar su protección contra los depredadores más grandes. También se afirma que este dinosaurio pudo haber sido un animal nocturno, ya que sus ojos eran relativamente grandes con relación a su cráneo, lo que seguramente le dio un excelente sentido de la vista y además la capacidad de ver en la oscuridad. Esta adaptación era muy útil para el Eoraptor porque en el ambiente donde vivió la luz era casi nula durante la noche, por lo que el Eoraptor estaba mejor diseñado para sobrevivir en este mundo denso y frondoso que los depredadores más grandes con los que compartía su entorno.