12 de septiembre de 2014

La Nueva Cara del Espinosaurio

Bueno, seguro que muchos recordarán el "Fan-Favorite Post" de este blog, "La Verdadera Cara del Espinosaurio". Pues hoy, luego de más de cuatro años de su publicación, podríamos decir que el artículo tiene su secuela, pero esta secuela podría implicar reescribir a su predecesora y prácticamente, todo documento que se haya escrito sobre el Espinosaurio hasta la fecha.

En nuestra última entrada, hablamos sobre la exhibición, "Espinosaurio: Gigante Perdido del Cretáceo", la cual inició hoy, en Washington DC, Estados Unidos. Mencionamos que en ésta se presentaría una nueva reconstrucción basada en nuevo material que cambiaría la forma en que hemos visto al Espinosaurio durante años y concluimos que este enorme terópodo pudo haber sido aún más fascinante de lo que creíamos... Y así es.


Pero antes de conocer al nuevo Espinosaurio, cabe destacar que aún quedan algunos huecos por llenar. De hecho, según Paul Sereno, quien anunció la recuperación de los nuevos fósiles, con el nuevo material encontrado, la cantidad de fósiles encontrada del animal comprende cerca de un cuarto o un tercio del esqueleto, así que para reconstruir al nuevo Espinosaurio, los expertos utilizaron material previamente descubierto, fósiles de otros espinosáuridos y por supuesto, deducción y especulatición además de los nuevos fósiles para rellenar los puntos faltantes. Sin embargo, es posible que en un futuro próximo, se descubran varias de las piezas restantes, como sugiere la propia historia de estos nuevos hallazgos.

La recuperación de los nuevos fósiles de Espinosaurio se remonta al año 2008, cuando el paleontólogo marroquí, Nizar Ibrahim recibió una caja de un nómada con algunos fósiles algo inusuales para él, resaltando uno en forma de cuchilla con una línea rojiza que parecía entrecruzarlo. El año siguiente, durante una visita al Museo de Historia Natural de Milán, Italia, Cristiano Dal Sasso, quien había descrito una serie de fósiles de Espinosaurio en 2005, le mostró a Ibrahim algunos huesos pertenecientes a la especie, con lo que se convenció de que los fósiles que había recibido el año anterior pertenecían a la misma criatura. Así, regresó a Marruecos, donde junto con su colega, Samir Zouhri, decidió ir en busca del nómada que le había dado la caja para preguntarle el lugar de dónde obtuvo los huesos, consciente de que ahí podría encontrar más fósiles del misterioso dinosaurio. Así, el pasado año ambos se dirigieron al lugar donde Ibrahim lo vio por primera y única vez hasta entonces. Sin embargo, no tenían ninguna referencia de éste, de modo que la búsqueda parecía en vano hasta que un día, mientras tomaban té en una cafetería a punto de darse por vencidos, el nómada se presentó ante ellos, reconociendo a Ibrahim, quien no demoró en pedir que los guiara hasta el lugar del yacimiento y así, meses más tarde, Ibrahim y un equipo regresaron al lugar en busca de fósiles con resultados exitosos. Ibrahim no sólo recuperó más huesos que según muestran estudios histológicos, pertenecen a un único ejemplar, sino que también confirmó que se trataba de la misma criatura que anteriormente le fue mostrada en Italia. Ahora, con el sitio de excavación ya identificado, es probable que más material sea descubierto en tiempos subsiguientes. Mientras tanto, el material recuperado recientemente nos brinda más detalles sobre este enigmático dinosaurio terópodo. Éste incluye varios fragmentos del cráneo, algunas vértebras del cuello, del lomo y de la cola, nuevos fragmentos de las espinas neurales, algunas costillas, huesos de las caderas bien preservados, algunos pocos huesos de las patas delanteras y una gran cantidad de huesos de las patas traseras, incluyendo fémur y tibia bien conservados, además de los huesos pedales.

Ayer, el nuevo material fue publicado en la revista "Science Magazine" y junto con éste, la nueva representación del Espinosaurio.


En esta imagen, se utilizan colores para especificar el origen de los huesos a partir de los cuales se reconstruyó el esqueleto. Los huesos en rojo indican el material recuperado por Ibrahim durante la última expedición. Los amarillos son huesos recuperados de expediciones previas a Marruecos. Los de color naranja son aquellos recuperados por Stromer en 1912 (basados en los documentos disponibles). Los verdes representan el material inferido a partir de otros espinosaurios. Los azules son los huesos restantes y están inferidos a base de especulación. El punto rojo en frente de las caderas indica la ubicación del centro de masa del animal.

Ahora bien, si algo alguna vez quedó claro sobre el Espinosaurio es que era un animal exótico y bizarro, mas el resultado de estos nuevos descubrimientos le da un nuevo significado a estas palabras. Hasta ahora, no había nada en el registro fósil que nos hubiese conducido a esta imagen. En general, siempre se consideró que el Espinosaurio no era muy diferente a un terópodo estándar en términos de diseño corporal, pero ahora vemos que su anatomía no era tan estandarizada después de todo. En cambio, lo que vemos ahora es que a parte de la vela dorsal que le dio su nombre y de las clásicas características distintivas de los espinosáuridos, el Espinosaurio tenía un cuello y cola notablemente largos, un cuerpo esbelto con relación al de otros terópodos de gran tamaño, caderas reducidas y patas traseras considerablemente cortas, lo cual lo hace diferir aún más del resto de los terópodos. Sin embargo, cabe destacar que no todos consideran correctas las nuevas dimensiones de las patas y de los huesos de las caderas. Sott Hartman hizo hoy un análisis preliminar de las proporciones y encontró que las estimaciones de la reconstrucción de Sereno no son consistentes con las propuestas en el artículo, habiendo sido reducidas un 27% en el modelo, lo que significaría que las patas traseras y la región pélvica en realidad, habrían sido un poco más grandes, lo cual haría que el Espinosaurio fuese más parecido a otros terópodos o al menos, más concorde con la imagen de Davide Bonadonna mostrada en el post anterior.

Ilustración de Davide Bonadonna

Por otro lado, las estimaciones de tamaño también han variado. Según Ibrahim y su equipo, el nuevo material pertenece a un ejemplar sub-adulto de aproximadamente, 11 metros de largo. No obstante, para reconstruir el nuevo modelo, los científicos partieron del material descrito por Dal Sasso en 2005, quien también participó en este nuevo estudio. Dicho material pertenece a un ejemplar adulto para el cual entonces, Dal Sasso había propuesto una estimación de 16 a 18 metros de largo. La nueva reconstrucción reduce esas medidas a 15.2 metros. Aún así, éstas continúan representando las mayores estimaciones hechas para un terópodo.

Pero estos nuevos detalles sobre su anatomía son sólo el principio. Si bien es obvio que esta criatura estaba haciendo algo diferente a otros dinosaurios, el artículo publicado por Ibrahim, Sereno y sus colegas expone nuevas teorías sobre el estilo de vida del animal y las conclusiones de los investigadores tras las observaciones del nuevo material son sencillamente sorprendentes: el Espinosaurio era un dinosaurio semiacuático. En otras palabras, este terópodo era evidentemente, un nadador nato.

Ilustración de Davide Bonadonna

Algunos dirán que esto no es de sorprenderse, pues hallazgos previos ya habían empezado a ofrecer pistas sobre dicha perspectiva, aparte de que desde un comienzo, ya se especulaba que el Espinosaurio era un formidable nadador. Sin embargo, aunque se han encontrado huellas que indican que algunos terópodos eran capaces de nadar, hasta ahora nunca se había descubierto que uno estuviese perfectamente diseñado para hacerlo. De hecho, lo que observamos en el Espinosaurio es algo nunca antes visto en ningún otro dinosaurio (ni siquiera en sus parientes más cercanos), siendo éste una excepción a la regla o tal vez, el primero de varios. Pero eso no es todo. Los nuevos descubrimientos incluso sugieren que a diferencia de la mayoría de los dinosaurios, este terópodo probablemente estaba más adaptado a un estilo de vida acuático que a uno terrestre.

Al observar la nueva reconstrucción, quizás lo primero que llama la atención son las patas traseras. Éstas, como ya se mencionó, eran más cortas de lo que originalmente se pensó. A esto se suma el hecho de que la pelvis y las caderas en general también eran bastante reducidas, lo cual de acuerdo a los investigadores, no le permitiría al animal ser muy activo en tierra firme y en cambio, limitaría su agilidad y movilidad, dificultándole la persecución de presas en tierra. Aunque las patas en realidad parecen ser bastante fuertes, los autores coinciden en que quizá no lo eran lo suficiente para permitirle caminar y mucho menos, correr durante períodos prolongados. Además, el equipo sostiene que el centro de masa del animal no estaría situado sobre sus caderas, como ocurre convencionalmente con los terópodos, sino más adelante en su cuerpo, por lo que es difícil que la criatura pudiera soportar todo su peso meramente con sus patas traseras, por lo que inclusive deducen que es posible que ocasionalmente adoptara la postura cuadrúpeda para balancearse mientras se trasladaba por tierra, apoyándose sobre sus fuertes patas delanteras de forma parecida a los hadrosaurios e iguanodóntidos. No obstante, es de tener en cuenta que esto no sería del todo cierto de acuerdo al planteamiento de Hartman, ya que si la región pélvica y las patas traseras realmente eran más grandes, el centro de masa probablemente estaría localizado en un punto no muy diferente al de otros terópodos, aparte de que las patas delanteras de estos dinosaurios en realidad, no parecen estar diseñadas para la locomoción cuadrúpeda. Partiendo de esta premisa, se puede decir que es probable que el Espinosaurio pudiera desplazarse en tierra firme sobre sus dos patas traseras sin mayores dificultades, aunque bien, quizá no lo hiciese con demasiada elegancia ni rapidez.

Ilustración de Luis V. Rey

Pero quizá lo más intrigante es que independientemente de cómo se movía el Espinosaurio en tierra, los investigadores han encontrado y presentado pruebas de que las patas de este dinosaurio eran más que aptas para desplazarse en el agua. Los paleontólogos señalan que las proporciones de las patas traseras le darían mayor maniobrabilidad al nadar en la superficie o cerca de ésta, siendo utilizadas a manera de remos. También notaron que los huesos de las patas presentaban otra característica inusual en el linaje terópodo. En lugar de ser huecos, éstos eran densos y no tenían cavidad medular. Los expertos señalan que esta característica es normalmente vista en animales semiacuáticos de la actualidad, como los pingüinos, además de en algunos otros en el registro fósil, como los ancestros de las actuales ballenas e indican que ésta les permite regular la flotabilidad e impulsarse mejor en el agua, por lo que es probable que en el Espinosaurio tuviera una función similar. Otro rasgo que señalan los investigadores es que la tibia es proporcionalmente más larga que el fémur. Los expertos afirman que esta estructura es ideal para paletear en el agua, pues junto con los poderosos músculos que bordeaban estos huesos, le proporcionaría al animal la fuerza y el dinamismo requerido para dicho tipo de locomoción, siendo este diseño óseo también una característica típica en animales que suelen desplazarse de esta manera (aunque hay quien piensa que este rasgo podría estar asociado al crecimiento del animal, por lo que quizás, dichas proporciones no necesariamente sean iguales entre un ejemplar adulto y uno en desarrollo). Otro aspecto interesante son los huesos pedales, los cuales estaban conformados de tarsos, metatarsos y falanges fuertes y notablemente largos. Incluso el primer dedo, que usualmente es reducido en los terópodos (con la excepción de los therizinosaurios), es bastante prolongado. Las garras, aunque anchas, eran más achatadas que las vistas en otros terópodos y es de notar que la planta de las patas en sí era relativamente plana. Esta estructura no es muy común en otros dinosaurios, pero es bastante usual en las aves semiacuáticas, lo que llevó a los paleontólogos a la deducción de que el Espinosaurio pudo haber adoptado un estilo de vida similar al de éstas. Según ellos, es probable que este gigante incluso haya contado con patas palmeadas que le permitirían desplazarse más sencillamente en el agua y sobre superficies húmedas, siendo esta adaptación extremadamente útil en ambos casos.

Ilustración de Davide Bonadonna

Por otra parte, estaba la cola. Ahora se piensa que la cola del Espinosaurio era mucho más larga y musculosa de lo que creíamos hasta hace poco. Los nuevos fósiles encontrados indican que las vértebras de la cola del Espinosaurio presentan un bajo grado de reducción de tamaño a medida que se extienden desde la base hasta la punta, lo que sugiere que éste tendría más cantidad de vértebras en la cola que otros dinosaurios carnívoros (mientras la mayoría de las reconstrucciones de otros grandes terópodos por lo general, no exceden de 45 ó 50 vértebras en la cola, la nueva reconstrucción del Espinosaurio presenta cerca de 55). En adición, las vértebras de la cola no estaban tan adheridas entre sí, otorgándole mayor flexibilidad. También es posible que esta característica le proporcionara más fuerza al contar con músculos más anchos y extensos. De acuerdo a los autores, esta característica le permitiría al animal mover su cola de lado a lado de manera sinusoidal mientras nadaba, lo que le sería útil para ganar impulso, del mismo modo que ocurre con los cocodrilos.

Otra característica resaltante son las elevaciones vertebrales que caracterizan a este dinosaurio. El reciente descubrimiento reveló detalles interesantes sobre esta curiosa estructura. Por ejemplo, la identificación de líneas rojizas en los huesos que la conforman, como el que observó Ibrahim cuando recibió la caja del nómada en 2008. Parece ser que éstas eran producidas por la presencia de vasos sanguíneos en la estructura, siendo prácticamente "huellas" de los mismos. Esto es indicio de que la estructura realmente consistía en una vela, como usualmente se ha representado y no en una joroba, como algunos anteriormente han teorizado. Según Sereno, los nuevos hallazgos sugieren que ésta estaba hecha para exhibición y no necesariamente para termorregulación, ya que los canales entre las espinas no presentaban demasiado espacio para los vasos sanguíneos. Esto lleva a la teoría de que los vasos sanguíneos serían utilizados para cargar la estructura de sangre y así, mostrar una coloración más brillante que podría ser utilizada para la atracción de pareja o bien, para la intimidación de rivales potenciales, aunque la posibilidad de que ésta funcionara como un aparato orgánico de termorregulación corporal no queda del todo descartada. Otro aspecto interesante es el diseño de dicha estructura en la nueva reconstrucción. En ésta, vemos una distribución diferente de las espinas neurales en la que se forma una especie de concavidad en el extremo superior, reemplazando a la estructura de forma semicircular que se había promulgado desde los tiempos de Ernst Stromer. Es posible que este nuevo diseño fuese más útil para el balanceo corporal de la criatura mientras se movía no sólo en agua, sino también en tierra dado que restaría peso a la parte delantera del esbelto cuerpo, el cual mostraba forma cilíndrica, característica que probablemente lo hacía más maniobrable en agua. Del mismo modo, la vela dorsal quizá le proporcionaba un peso extra para mantenerse sumergido por más tiempo mientras buscaba a su presa bajo el agua, según se sugiere en el nuevo estudio.

Con éstas y otras adaptaciones que ya conocíamos de este terópodo gracias a descubrimientos previos, el Espinosaurio hoy se nos muestra como un animal mucho más misterioso, extraño y asombroso de lo que habíamos imaginado. Sabíamos que vivía en un mundo húmedo y rico en flora y fauna acuática, que estaba hecho para manejar eficientemente una dieta piscívora y que tenía rasgos similares a los de los cocodrilos, pero los nuevos descubrimientos nos dicen que eso era sólo la mitad de la historia. Las nuevas pistas sugieren que éste era un animal mucho más hidrodinámico que en cierto modo, se desempeñaba mejor en el agua que en tierra firme y que al parecer, la familia de los espinosáuridos estaba pasando a ser cada vez más dependiente del agua, adoptando un camino distinto al de otros terópodos. No obstante, hay que recordar que el Espinosaurio no estaba confinado a un ambiente acuático. Si bien es cierto que quizá pasaba la mayor parte del tiempo inmerso en los cuerpos de agua, es probable que en múltiples ocasiones se viera obligado a trasladarse a tierra para desovar (en el caso de las hembras), para buscar otras fuentes de alimento cuando éste escaseaba o incluso meramente para devorar a sus presas una vez las atrapaba.

Ilustración de Davide Bonadonna

Poco después de la publicación oficial, Sereno publicó y explicó los detalles del reciente hallazgo en diferentes medios, incluyendo este video en YouTube suministrado por la Universidad de Chicago.
*Nota: El video está en inglés.


 Las últimas horas han sido testigo de revelaciones sin precedentes de una criatura cuya sola apariencia ha sido un enigma durante más de un siglo, pero la historia aún no termina. El Espinosaurio ha experimentado múltiples transformaciones desde que fue descubierto por Ernst Stromer en 1912. Cada una de ellas, nos ha dotado de conocimientos que nos han llevado a cambiar la forma en que lo veíamos hasta entonces. Esta última apenas comienza a revelar sus secretos, mas no debemos aceptarla a la ligera como la definitiva, pues ya hemos visto que puede tener sus refutaciones e incongruencias, por lo que difícilmente sea la última. Lo más seguro es que el Espinosaurio continúe cambiando a medida que se hagan más descubrimientos. Mientras tanto, veamos qué otras respuestas obtendremos y también, qué otras interrogantes generará "la nueva cara del Espinosaurio".

Nizar Ibrahim y Paul Sereno junto a una réplica a tamaño real del Espinosaurio
(Foto suministrada por la Universidad de Chicago)

Actualizado (12/10/2014):

Muchas de las interrogantes sobre "La Nueva Cara del Espinosaurio" y los intentos por responderlas han empezado muy poco después de la publicación de este artículo.

Poco después la publicación del estudio de Ibrahim y Sereno, Scott Hartman contactó a los investigadores para tratar sobre las proporciones de las patas traseras, las cuales había revisado, determinando que las mismas no coincidían con las propuestas en el estudio. Pocos días después, Ibrahim le respondería a través de una detallada nota que las medidas fueron tomadas cuidadosamente y que el estudio aún no estaba completo, habiendo aún más material y datos por ser publicados, así como una monografía más detallada sobre los procesos utilizados en el estudio, además de que está consciente de que la reconstrucción de su equipo no es totalmente correcta. Ibrahim también hizo referencia a un esquema comparativo hecho por Marco Auditore, quien fue coautor del estudio, el cual fue diseñado a base de los datos obtenidos y es consistente con la reconstrucción realizada por el equipo de investigación. Ante esto, Hartman mencionó estar de acuerdo con varias indicaciones que hizo Ibrahim sobre los procesos de medición, mas no con todas y además, admitió que los métodos utilizados para hacer sus correcciones no fueron los más precisos.

Reconstrucción del Espinosaurio de Marco Auditore

Más tarde, el paleontólogo, Mark Witton, quien había obtenido resultados similares a los de Hartman luego de realizar una serie de pruebas con relación a las proporciones de las patas traseras y la región pélvica, planteó sus dudas a los publicadores del estudio. En respuesta, Simone Maganuco, un miembro de la investigación, ofrecería más detalles sobre los procesos de medición e indicaría que la inferida discordancia entre los valores publicados y los propuestos se debía posiblemente a la omisión de una imagen que incluyera los puntos de referencia considerados a la hora de medir y determinar las escalas, la cual le fue presentada a Witton. Al tomar en consideración las indicaciones de Maganuco, Witton realizó una nueva serie de pruebas, llegando a resultados muy cercanos a los del equipo de investigación, aunque recalca que al no medir directamente los fósiles, sus procesos implican un margen de error a tener en cuenta.

Por otro lado, el paleontólogo italiano Andrea Cau, quien estuvo siguiendo de cerca el estudio, ha estado presentando información adicional sobre el nuevo material y nuevas pistas que ha proporcionado el mismo. Una de ellas es que una serie de fósiles descritos por Stromer en 1934, durante mucho tiempo atribuidos a múltiples especies de dinosaurios (ya que muchos de los huesos parecían desproporcionados entre sí) en realidad, pertenecían a una sola especie. Cau enfatiza en los huesos de las patas, los cuales eran pequeños con relación a otras partes del esqueleto, siendo el mismo patrón observado en el nuevo material recuperado por Ibrahim en 2008 y por si fuera poco, Cau incluso cree que, como el espécimen de Ibrahim, pudieron haber pertenecido a un sólo individuo, lo que significaría que este material en realidad, pudo haberse tratado de un espécimen de Espinosaurio. Otra observación de Andrea Cau es que la representación de Ibrahim y Sereno quizás, no estaba confinada a la postura cuadrúpeda, como sugieren los autores del estudio. Cau sugiere que una serie de vértebras cervicales atribuidas a otro espinosáurido llamado Sigilmassasaurus en realidad, debieron haber pertenecido al Espinosaurio, cosa que Ibrahim también reiteró en su respuesta a Hartman. Éstas parecen ser considerablemente flexibles, lo que le permitiría al animal acomodar su cuello en posición erguida sin el menor esfuerzo, siendo este patrón visto en muchas aves de pesca actuales, como las garzas y los pelícanos. Según Cau, al asumir esta postura y con los brazos contraídos hacia atrás, el centro de masa del animal se ubicaría más cerca de las caderas, permitiéndole caminar en dos patas sin demasiada dificultad, siendo esto complementado con su larga cola, la cual le proporcionaría balance mientras se movía.

Reconstrucción del Espinosaurio de Andrea Cau

No obstante, Cau también indica que de esto ser correcto, las vértebras cervicales debieron estar soportadas por una serie de ligamentos enlazados a las espinas neurales. De acuerdo a Cau, éstos debían ser lo suficientemente fuertes para ayudarle al dinosaurio a soportar el peso del cráneo y a su vez, lo suficientemente flexibles, para permitirle estirar el cuello (cosa que haría para capturar a su presa y devorarla). No obstante, es de tener en cuenta que esta hipótesis no ha sido publicada de forma oficial, además de que la misma no sería del todo viable si el planteamiento de Hartman es correcto, aunque es posible que tras estudios más exhaustivos, ésta sea formalmente presentada y revisada por la comunidad científica.



Modelos basados en la hipótesis de Andrea Cau diseñados por José Miguel de paleomodel.blogspot.com

Por otra parte, Andrea Cau continúa ofreciendo detalles sobre los nuevos descubrimientos y en su última publicación sobre los mismos, indica que los nuevos estudios sugieren que las estimaciones superiores a los 16 metros de largo y a las 7 toneladas de peso propuestas para el Espinosaurio no son del todo plausibles.

Si bien es cierto que estos nuevos descubrimientos sólo han resuelto una parte del misterio del Espinosaurio, nuevas respuestas esperan por ser reveladas. Pero también es cierto que este magnífico terópodo continuará cambiando ante nuestros ojos y generando más preguntas a medida que vaya siendo explorado. Otras muchas teorías continúan ofreciendo nuevas perspectivas sobre este enigmático dinosaurio y muchas más esperan por salir a la luz. Después de todo, "La Nueva Cara del Espinosaurio" apenas está empezando a ser descifrada.

Fuentes:
  1. http://www.uchicago.edu/features/massive_hunter_prowled_waters_edge/
  2. http://www.nytimes.com/2014/09/12/science/a-nomads-find-helps-solve-the-mystery-of-the-spinosaurus.html?_r=0
  3. http://www.skeletaldrawing.com/home/theres-something-fishy-about-spinosaurus9112014
  4. http://phenomena.nationalgeographic.com/2014/09/11/the-new-spinosaurus/
  5. http://www.skeletaldrawing.com/home/aquatic-spinosaurus-the-authors-responsd9182014
  6. http://markwitton-com.blogspot.com/2014/09/the-spinosaurus-hindlimb-controversy.html
  7. http://theropoda.blogspot.it/2014/09/spinosaurus-revolution-episodio-ii-ode.html

7 comentarios:

  1. Una publicación muy interesante, el Espinosaurio era mucho mas raro de lo que se imaginaba. Ya que estamos con el este descubrimiento estaría bueno que publiques una entrada con la evolución de la figura del Espinosaurio.
    Saludos.

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  2. Wow, por eso me gusta este foro, dan una explicación clara para los aficionados y se basan en fuentes verídicas. Ahora los espinosauridos han cambiado todo lo que creíamos.

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  3. Gracias a ambos. Me da gusto que el blog sea de su agrado, pues su contenido es precisamente para ustedes. Y esa es una interesante propuesta, Cristian. De hecho, es una excelente idea para la próxima entrada. Te lo agradezco.

    Por otra parte, ha surgido mucha discusión científica y más información desde la publicación de este post, así que es posible que dentro de poco, lo vaya a actualizando.

    Bueno, una vez más, gracias.

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  4. Magnifico articulo, todo se explica y se nota que aquí esta toda la información existente.

    Felicitaciones!!!

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  5. Excelente artículo, saludos desde Costa Rica.

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  6. Excelente artículo, saludos desde Costa Rica.

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  7. O sea que nunca fue como el espécimen con esteroides que mostró JP3...
    Muchos "niños" quedaron babeando con ese "super spino" mostrado en el cine. Pero al final, fue bastante distinto.

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