Bueno, seguro que muchos recordarán el "Fan-Favorite
Post" de este blog, "La Verdadera Cara del Espinosaurio". Pues
hoy, luego de más de cuatro años de su publicación, podríamos decir que el
artículo tiene su secuela, pero esta secuela podría implicar reescribir a su
predecesora y prácticamente, todo documento que se haya escrito sobre el Espinosaurio
hasta la fecha.
En nuestra última entrada, hablamos sobre la exhibición,
"Espinosaurio: Gigante Perdido del Cretáceo", la cual inició hoy, en
Washington DC, Estados Unidos. Mencionamos que en ésta se presentaría una nueva
reconstrucción basada en nuevo material que cambiaría la forma en que hemos
visto al Espinosaurio durante años y concluimos que este enorme terópodo pudo
haber sido aún más fascinante de lo que creíamos... Y así es.
La recuperación de los nuevos fósiles de Espinosaurio se
remonta al año 2008, cuando el paleontólogo marroquí, Nizar Ibrahim recibió una
caja de un nómada con algunos fósiles algo inusuales para él, resaltando uno en
forma de cuchilla con una línea rojiza que parecía entrecruzarlo. El año
siguiente, durante una visita al Museo de Historia Natural de Milán, Italia,
Cristiano Dal Sasso, quien había descrito una serie de fósiles de Espinosaurio
en 2005, le mostró a Ibrahim algunos huesos pertenecientes a la especie, con lo
que se convenció de que los fósiles que había recibido el año anterior
pertenecían a la misma criatura. Así, regresó a Marruecos, donde junto con su
colega, Samir Zouhri, decidió ir en busca del nómada que le había dado la caja para
preguntarle el lugar de dónde obtuvo los huesos, consciente de que ahí podría
encontrar más fósiles del misterioso dinosaurio. Así, el pasado año ambos se
dirigieron al lugar donde Ibrahim lo vio por primera y única vez hasta entonces.
Sin embargo, no tenían ninguna referencia de éste, de modo que la búsqueda
parecía en vano hasta que un día, mientras tomaban té en una cafetería a punto
de darse por vencidos, el nómada se presentó ante ellos, reconociendo a
Ibrahim, quien no demoró en pedir que los guiara hasta el lugar del yacimiento
y así, meses más tarde, Ibrahim y un equipo regresaron al lugar en busca de
fósiles con resultados exitosos. Ibrahim no sólo recuperó más huesos que según muestran estudios histológicos, pertenecen a un único ejemplar, sino que
también confirmó que se trataba de la misma criatura que anteriormente le fue
mostrada en Italia. Ahora, con el sitio de excavación ya identificado, es
probable que más material sea descubierto en tiempos subsiguientes. Mientras
tanto, el material recuperado recientemente nos brinda más detalles sobre este enigmático
dinosaurio terópodo. Éste incluye varios fragmentos del cráneo, algunas vértebras
del cuello, del lomo y de la cola, nuevos fragmentos de las espinas neurales, algunas costillas, huesos de las caderas bien preservados, algunos pocos huesos de las patas
delanteras y una gran cantidad de huesos de las patas traseras, incluyendo
fémur y tibia bien conservados, además de los huesos pedales.
Ayer, el nuevo material fue publicado en la revista "Science Magazine" y junto con éste, la nueva representación del Espinosaurio.
Ayer, el nuevo material fue publicado en la revista "Science Magazine" y junto con éste, la nueva representación del Espinosaurio.
En esta imagen, se utilizan colores para especificar el origen de los huesos a partir de los cuales se reconstruyó el esqueleto. Los huesos en rojo indican el material recuperado por
Ibrahim durante la última expedición. Los amarillos son huesos recuperados de
expediciones previas a Marruecos. Los de color naranja son aquellos recuperados
por Stromer en 1912 (basados en los documentos disponibles). Los verdes
representan el material inferido a partir de otros espinosaurios. Los azules
son los huesos restantes y están inferidos a base de especulación. El punto
rojo en frente de las caderas indica la ubicación del centro de masa del animal.
Ahora bien, si algo alguna vez quedó claro sobre el
Espinosaurio es que era un animal exótico y bizarro, mas el resultado de estos
nuevos descubrimientos le da un nuevo significado a estas palabras. Hasta
ahora, no había nada en el registro fósil que nos hubiese conducido a esta
imagen. En general, siempre se consideró que el Espinosaurio no era muy
diferente a un terópodo estándar en términos de diseño corporal, pero ahora
vemos que su anatomía no era tan estandarizada después de todo. En cambio, lo
que vemos ahora es que a parte de la vela dorsal que le dio su nombre y de las
clásicas características distintivas de los espinosáuridos, el Espinosaurio
tenía un cuello y cola notablemente largos, un cuerpo esbelto con relación al
de otros terópodos de gran tamaño, caderas reducidas y patas traseras
considerablemente cortas, lo cual lo hace diferir aún más del resto de los
terópodos. Sin embargo, cabe destacar que no todos consideran correctas las nuevas dimensiones de las patas y de los huesos de las caderas. Sott Hartman hizo hoy un análisis preliminar de las proporciones y encontró que las estimaciones de la reconstrucción de Sereno no son consistentes con las propuestas en el artículo, habiendo sido reducidas un 27% en el modelo, lo que significaría que las patas traseras y la región pélvica en realidad, habrían sido un poco más grandes, lo cual haría que el Espinosaurio fuese más parecido a otros terópodos o al menos, más concorde con la imagen de Davide Bonadonna mostrada en el post anterior.
Ilustración de Davide Bonadonna
Por otro lado, las estimaciones de tamaño también han variado. Según
Ibrahim y su equipo, el nuevo material pertenece a un ejemplar sub-adulto de
aproximadamente, 11 metros de largo. No obstante, para reconstruir el nuevo
modelo, los científicos partieron del material descrito por Dal Sasso en 2005,
quien también participó en este nuevo estudio. Dicho material pertenece a un
ejemplar adulto para el cual entonces, Dal Sasso había propuesto una estimación de 16 a
18 metros de largo. La nueva reconstrucción reduce esas medidas a 15.2 metros. Aún así, éstas continúan representando las
mayores estimaciones hechas para un terópodo.
Pero estos nuevos detalles sobre su anatomía son sólo el principio. Si bien es obvio que esta criatura
estaba haciendo algo diferente a otros dinosaurios, el artículo publicado por
Ibrahim, Sereno y sus colegas expone nuevas teorías sobre el estilo de vida del
animal y las conclusiones de los investigadores tras las observaciones del
nuevo material son sencillamente sorprendentes: el Espinosaurio era un
dinosaurio semiacuático. En otras palabras, este terópodo era evidentemente, un nadador nato.
Ilustración de Davide Bonadonna
Algunos dirán que esto no es de sorprenderse, pues hallazgos
previos ya habían empezado a ofrecer pistas sobre dicha perspectiva, aparte de que desde un comienzo, ya se especulaba que el Espinosaurio era un formidable nadador. Sin embargo, aunque se han encontrado huellas que indican que algunos terópodos eran capaces de nadar, hasta ahora nunca se había descubierto que uno estuviese perfectamente diseñado para hacerlo. De hecho, lo que observamos en el Espinosaurio es algo nunca antes visto en ningún otro dinosaurio (ni siquiera en sus parientes más cercanos), siendo éste una excepción a la regla o tal vez, el primero de varios. Pero eso no es todo. Los nuevos descubrimientos incluso sugieren que a diferencia de la mayoría de
los dinosaurios, este terópodo probablemente estaba más adaptado a un estilo de vida acuático
que a uno terrestre.
Al observar la nueva reconstrucción, quizás lo primero que llama la atención son las patas traseras.
Éstas, como ya se mencionó, eran más cortas de lo que originalmente se
pensó. A esto se suma el hecho de que la pelvis y las caderas en general
también eran bastante reducidas, lo cual de acuerdo a los investigadores, no le
permitiría al animal ser muy activo en tierra firme y en cambio, limitaría su
agilidad y movilidad, dificultándole la persecución de presas
en tierra. Aunque las patas en realidad parecen ser bastante fuertes, los autores
coinciden en que quizá no lo eran lo suficiente para permitirle caminar y mucho
menos, correr durante períodos prolongados. Además, el equipo sostiene que el
centro de masa del animal no estaría situado sobre sus caderas, como ocurre
convencionalmente con los terópodos, sino más adelante en su cuerpo, por lo que
es difícil que la criatura pudiera soportar todo su peso meramente con sus patas
traseras, por lo que inclusive deducen que es posible que ocasionalmente
adoptara la postura cuadrúpeda para balancearse mientras se trasladaba por
tierra, apoyándose sobre sus fuertes patas delanteras de forma parecida a los
hadrosaurios e iguanodóntidos. No obstante, es de tener en cuenta que esto no sería del todo cierto de acuerdo al planteamiento de Hartman, ya que si la región pélvica y las patas traseras realmente eran más grandes, el centro de masa probablemente estaría localizado en un punto no muy diferente al de otros terópodos, aparte de que las patas delanteras de estos dinosaurios en realidad, no parecen estar diseñadas para la locomoción cuadrúpeda. Partiendo de esta premisa, se puede decir que es probable que el Espinosaurio pudiera desplazarse en tierra firme sobre sus dos patas traseras sin mayores dificultades, aunque bien, quizá no lo hiciese con demasiada elegancia ni rapidez.
Ilustración de Luis V. Rey
Pero quizá lo más intrigante es que independientemente de cómo se movía el Espinosaurio en tierra, los investigadores han encontrado y presentado pruebas de que las
patas de este dinosaurio eran más que aptas para desplazarse en el agua. Los
paleontólogos señalan que las proporciones de las patas traseras le darían mayor maniobrabilidad al nadar en la superficie o cerca de ésta, siendo
utilizadas a manera de remos. También notaron que los huesos de las patas
presentaban otra característica inusual en el linaje terópodo. En lugar de ser
huecos, éstos eran densos y no tenían cavidad medular. Los expertos señalan que
esta característica es normalmente vista en animales semiacuáticos de la
actualidad, como los pingüinos, además de en algunos otros en el registro
fósil, como los ancestros de las actuales ballenas e indican que ésta les
permite regular la flotabilidad e impulsarse mejor en el agua, por lo que es probable que en el Espinosaurio
tuviera una función similar. Otro rasgo que señalan los investigadores es que
la tibia es proporcionalmente más larga que el fémur. Los expertos afirman que esta
estructura es ideal para paletear en el agua, pues junto con los poderosos
músculos que bordeaban estos huesos, le proporcionaría al animal la fuerza y el
dinamismo requerido para dicho tipo de locomoción, siendo este diseño óseo también
una característica típica en animales que suelen desplazarse de esta manera (aunque hay quien piensa que este rasgo podría estar asociado al crecimiento del animal, por lo que quizás, dichas proporciones no necesariamente sean iguales entre un ejemplar adulto y uno en desarrollo).
Otro aspecto interesante son los huesos pedales, los cuales estaban conformados
de tarsos, metatarsos y falanges fuertes y notablemente largos. Incluso el
primer dedo, que usualmente es reducido en los terópodos (con la excepción de los therizinosaurios), es bastante prolongado. Las garras, aunque anchas,
eran más achatadas que las vistas en otros terópodos y es de notar que la planta
de las patas en sí era relativamente plana. Esta estructura no es muy común en
otros dinosaurios, pero es bastante usual en las aves semiacuáticas, lo que llevó
a los paleontólogos a la deducción de que el Espinosaurio pudo haber adoptado un estilo
de vida similar al de éstas. Según ellos, es probable que este gigante incluso
haya contado con patas palmeadas que le permitirían desplazarse más
sencillamente en el agua y sobre superficies húmedas, siendo esta adaptación
extremadamente útil en ambos casos.
Ilustración de Davide Bonadonna
Por otra parte, estaba la cola. Ahora se piensa que la cola
del Espinosaurio era mucho más larga y musculosa de lo que creíamos hasta hace poco.
Los nuevos fósiles encontrados indican que las vértebras de la cola del
Espinosaurio presentan un bajo grado de reducción de tamaño a medida que se
extienden desde la base hasta la punta, lo que sugiere que éste tendría más
cantidad de vértebras en la cola que otros dinosaurios carnívoros (mientras la
mayoría de las reconstrucciones de otros grandes terópodos por lo general, no
exceden de 45 ó 50 vértebras en la cola, la nueva reconstrucción del
Espinosaurio presenta cerca de 55). En adición, las vértebras de la cola no
estaban tan adheridas entre sí, otorgándole mayor flexibilidad. También es
posible que esta característica le proporcionara más fuerza al contar con
músculos más anchos y extensos. De acuerdo a los autores, esta característica
le permitiría al animal mover su cola de lado a lado de manera sinusoidal
mientras nadaba, lo que le sería útil para ganar impulso, del mismo modo que
ocurre con los cocodrilos.
Otra característica resaltante son las elevaciones
vertebrales que caracterizan a este dinosaurio. El reciente descubrimiento
reveló detalles interesantes sobre esta curiosa estructura. Por ejemplo, la
identificación de líneas rojizas en los huesos que la conforman, como el que
observó Ibrahim cuando recibió la caja del nómada en 2008. Parece ser que éstas
eran producidas por la presencia de vasos sanguíneos en la estructura, siendo
prácticamente "huellas" de los mismos. Esto es indicio de que la
estructura realmente consistía en una vela, como usualmente se ha representado
y no en una joroba, como algunos anteriormente han teorizado. Según Sereno, los
nuevos hallazgos sugieren que ésta estaba hecha para exhibición y no
necesariamente para termorregulación, ya que los canales entre las espinas no presentaban demasiado espacio para los vasos sanguíneos. Esto lleva a la teoría de que los vasos
sanguíneos serían utilizados para cargar la estructura de sangre y así, mostrar
una coloración más brillante que podría ser utilizada para la atracción de
pareja o bien, para la intimidación de rivales potenciales, aunque la posibilidad de que ésta funcionara como un aparato orgánico de termorregulación corporal no queda del todo descartada. Otro aspecto
interesante es el diseño de dicha estructura en la nueva reconstrucción. En
ésta, vemos una distribución diferente de las espinas neurales en la que se
forma una especie de concavidad en el extremo superior, reemplazando a la
estructura de forma semicircular que se había promulgado desde los tiempos de Ernst
Stromer. Es posible que este nuevo diseño fuese más útil para el balanceo
corporal de la criatura mientras se movía no sólo en agua, sino también en
tierra dado que restaría peso a la parte delantera del esbelto cuerpo, el cual mostraba forma cilíndrica, característica que probablemente lo hacía más maniobrable en agua. Del mismo modo, la vela dorsal quizá le proporcionaba un peso extra para mantenerse
sumergido por más tiempo mientras buscaba a su presa bajo el agua, según se
sugiere en el nuevo estudio.
Con éstas y otras adaptaciones que ya conocíamos de este
terópodo gracias a descubrimientos previos, el Espinosaurio hoy se nos muestra
como un animal mucho más misterioso, extraño y asombroso de lo que habíamos
imaginado. Sabíamos que vivía en un mundo húmedo y rico en flora y fauna
acuática, que estaba hecho para manejar eficientemente una dieta piscívora y
que tenía rasgos similares a los de los cocodrilos, pero los nuevos
descubrimientos nos dicen que eso era sólo la mitad de la historia. Las nuevas pistas sugieren que éste era un animal mucho más hidrodinámico que en cierto modo, se desempeñaba mejor en el agua que en tierra firme y que al parecer, la familia de los espinosáuridos estaba pasando a ser cada vez más
dependiente del agua, adoptando un camino distinto al de otros terópodos. No obstante, hay que recordar que el Espinosaurio no
estaba confinado a un ambiente acuático. Si bien es cierto que quizá pasaba la mayor parte del tiempo inmerso en los cuerpos de agua, es probable que en múltiples
ocasiones se viera obligado a trasladarse a tierra para desovar (en el caso de las hembras), para buscar otras fuentes de alimento cuando éste escaseaba o incluso meramente para devorar a sus presas una vez las atrapaba.
Ilustración de Davide Bonadonna
Poco después de la publicación oficial, Sereno publicó y
explicó los detalles del reciente hallazgo en diferentes medios, incluyendo
este video en YouTube suministrado por la Universidad de Chicago.
*Nota: El video está en inglés.
(Foto suministrada por la Universidad de Chicago)
Muchas de las interrogantes sobre "La Nueva Cara del
Espinosaurio" y los intentos por responderlas han empezado muy poco
después de la publicación de este artículo.
Poco después la publicación del estudio de Ibrahim y Sereno,
Scott Hartman contactó a los investigadores para tratar sobre las proporciones
de las patas traseras, las cuales había revisado, determinando que las mismas
no coincidían con las propuestas en el estudio. Pocos días después, Ibrahim le respondería
a través de una detallada nota que las medidas fueron tomadas cuidadosamente y
que el estudio aún no estaba completo, habiendo aún más material y datos por
ser publicados, así como una monografía más detallada sobre los procesos
utilizados en el estudio, además de que está consciente de que la
reconstrucción de su equipo no es totalmente correcta. Ibrahim también hizo referencia a un esquema comparativo hecho por Marco Auditore, quien fue coautor del estudio, el cual fue diseñado a base de los datos obtenidos y es consistente con la reconstrucción realizada por el equipo de investigación. Ante esto, Hartman
mencionó estar de acuerdo con varias indicaciones que hizo Ibrahim sobre los
procesos de medición, mas no con todas y además, admitió que los métodos
utilizados para hacer sus correcciones no fueron los más precisos.
Reconstrucción del Espinosaurio de Marco Auditore
Más tarde, el paleontólogo, Mark Witton, quien había
obtenido resultados similares a los de Hartman luego de realizar una serie de
pruebas con relación a las proporciones de las patas traseras y la región
pélvica, planteó sus dudas a los publicadores del estudio. En respuesta, Simone
Maganuco, un miembro de la investigación, ofrecería más detalles sobre los
procesos de medición e indicaría que la inferida discordancia entre los valores
publicados y los propuestos se debía posiblemente a la omisión de una imagen
que incluyera los puntos de referencia considerados a la hora de medir y
determinar las escalas, la cual le fue presentada a Witton. Al tomar en
consideración las indicaciones de Maganuco, Witton realizó una nueva serie de
pruebas, llegando a resultados muy cercanos a los del equipo de investigación,
aunque recalca que al no medir directamente los fósiles, sus procesos implican
un margen de error a tener en cuenta.
Por otro lado, el paleontólogo italiano Andrea Cau, quien
estuvo siguiendo de cerca el estudio, ha estado presentando información
adicional sobre el nuevo material y nuevas pistas que ha proporcionado el
mismo. Una de ellas es que una serie de fósiles descritos por Stromer en 1934,
durante mucho tiempo atribuidos a múltiples especies de dinosaurios (ya que
muchos de los huesos parecían desproporcionados entre sí) en realidad,
pertenecían a una sola especie. Cau enfatiza en los huesos de las patas, los
cuales eran pequeños con relación a otras partes del esqueleto, siendo el mismo
patrón observado en el nuevo material recuperado por Ibrahim en 2008 y por si
fuera poco, Cau incluso cree que, como el espécimen de Ibrahim, pudieron haber
pertenecido a un sólo individuo, lo que significaría que este material en
realidad, pudo haberse tratado de un espécimen de Espinosaurio. Otra
observación de Andrea Cau es que la representación de Ibrahim y Sereno quizás,
no estaba confinada a la postura cuadrúpeda, como sugieren los autores del
estudio. Cau sugiere que una serie de vértebras cervicales atribuidas a otro
espinosáurido llamado Sigilmassasaurus en realidad, debieron haber pertenecido
al Espinosaurio, cosa que Ibrahim también reiteró en su respuesta a Hartman.
Éstas parecen ser considerablemente flexibles, lo que le permitiría al animal
acomodar su cuello en posición erguida sin el menor esfuerzo, siendo este
patrón visto en muchas aves de pesca actuales, como las garzas y los pelícanos.
Según Cau, al asumir esta postura y con los brazos contraídos hacia atrás, el
centro de masa del animal se ubicaría más cerca de las caderas, permitiéndole
caminar en dos patas sin demasiada dificultad, siendo esto complementado con su
larga cola, la cual le proporcionaría balance mientras se movía.
Reconstrucción del Espinosaurio de Andrea Cau
No obstante, Cau también indica que de esto ser correcto,
las vértebras cervicales debieron estar soportadas por una serie de ligamentos
enlazados a las espinas neurales. De acuerdo a Cau, éstos debían ser lo
suficientemente fuertes para ayudarle al dinosaurio a soportar el peso del
cráneo y a su vez, lo suficientemente flexibles, para permitirle estirar el
cuello (cosa que haría para capturar a su presa y devorarla). No obstante, es
de tener en cuenta que esta hipótesis no ha sido publicada de forma oficial,
además de que la misma no sería del todo viable si el planteamiento de Hartman
es correcto, aunque es posible que tras estudios más exhaustivos, ésta sea
formalmente presentada y revisada por la comunidad científica.
Modelos basados en la hipótesis de Andrea Cau diseñados por José Miguel de paleomodel.blogspot.com
Por otra parte, Andrea Cau continúa ofreciendo detalles
sobre los nuevos descubrimientos y en su última publicación sobre los mismos,
indica que los nuevos estudios sugieren que las estimaciones superiores a los 16 metros de largo y a las 7 toneladas de peso propuestas para el Espinosaurio no son del todo plausibles.
Si bien es cierto que estos nuevos
descubrimientos sólo han resuelto una parte del misterio del Espinosaurio,
nuevas respuestas esperan por ser reveladas. Pero también es cierto que este
magnífico terópodo continuará cambiando ante nuestros ojos y generando más
preguntas a medida que vaya siendo explorado. Otras muchas teorías continúan ofreciendo nuevas perspectivas sobre este enigmático dinosaurio y muchas más esperan por salir a la luz. Después de todo, "La Nueva
Cara del Espinosaurio" apenas está empezando a ser descifrada.
Fuentes:
- http://www.uchicago.edu/features/massive_hunter_prowled_waters_edge/
- http://www.nytimes.com/2014/09/12/science/a-nomads-find-helps-solve-the-mystery-of-the-spinosaurus.html?_r=0
- http://www.skeletaldrawing.com/home/theres-something-fishy-about-spinosaurus9112014
- http://phenomena.nationalgeographic.com/2014/09/11/the-new-spinosaurus/
- http://www.skeletaldrawing.com/home/aquatic-spinosaurus-the-authors-responsd9182014
- http://markwitton-com.blogspot.com/2014/09/the-spinosaurus-hindlimb-controversy.html
- http://theropoda.blogspot.it/2014/09/spinosaurus-revolution-episodio-ii-ode.html
Una publicación muy interesante, el Espinosaurio era mucho mas raro de lo que se imaginaba. Ya que estamos con el este descubrimiento estaría bueno que publiques una entrada con la evolución de la figura del Espinosaurio.
ResponderEliminarSaludos.
Wow, por eso me gusta este foro, dan una explicación clara para los aficionados y se basan en fuentes verídicas. Ahora los espinosauridos han cambiado todo lo que creíamos.
ResponderEliminarGracias a ambos. Me da gusto que el blog sea de su agrado, pues su contenido es precisamente para ustedes. Y esa es una interesante propuesta, Cristian. De hecho, es una excelente idea para la próxima entrada. Te lo agradezco.
ResponderEliminarPor otra parte, ha surgido mucha discusión científica y más información desde la publicación de este post, así que es posible que dentro de poco, lo vaya a actualizando.
Bueno, una vez más, gracias.
Magnifico articulo, todo se explica y se nota que aquí esta toda la información existente.
ResponderEliminarFelicitaciones!!!
Excelente artículo, saludos desde Costa Rica.
ResponderEliminarExcelente artículo, saludos desde Costa Rica.
ResponderEliminarO sea que nunca fue como el espécimen con esteroides que mostró JP3...
ResponderEliminarMuchos "niños" quedaron babeando con ese "super spino" mostrado en el cine. Pero al final, fue bastante distinto.