15 de agosto de 2015

Dinoficha: Giganotosaurio

¡Saludos! Pues hoy retomamos la sección de las dinofichas con uno de los terópodos más controversiales conocidos. Con ésta, deseo también aprovechar para saludar a los lectores que visitan el blog desde Argentina, hogar de quien hoy es la estrella del blog, un enorme carnívoro que se ha inculcado en la imaginación de muchos y que conocemos por el nombre de Giganotosaurio carolinii.

Giganotosaurio

Localización: Sudamérica
Clasificación: Saurischia, Terópodo, Carcharodontosáurido
Significado del nombre: Lagarto Gigante del Sur
Tamaño: 13 a 15 metros de largo
Período: Cretáceo
Dieta: Carnívoro

Características
El Giganotosaurio es uno de los terópodos más grandes conocidos, llegando a medir más de 13 metros de largo y 4 de alto y llegando a pesar entre 4 y 8 toneladas, aproximadamente. Su diseño corporal poco robusto, característica distintiva entre los carcharodontosáuridos. Su cráneo es amplio, profundo y de estructura triangular, mas las aperturas en el mismo lo hacen más liviano. En éste presentaba unas mandíbulas compuestas por cerca de 60 dientes afilados y serrados. Éstos eran finos y curvados hacia atrás, estando perfectamente diseñados para desgarrar carne, mas no eran aptos para triturar huesos. En adición a esto, se sugiere que sus mandíbulas, pese a ser relativamente fuertes, no estaban hechas para el forcejeo, llevando a los expertos a teorizar que este depredador mataba a sus presas infringiendo heridas serias y luego esperaba hasta que éstas murieran exhaustas por la pérdida de sangre. Su cráneo, como el de todo allosauroide, presenta ornamentaciones en frente de las órbitas oculares y que se extendían casi hasta las fosas nasales. Éstas no parecen ser demasiado prominentes, pero se piensa que en vida pudieron haber servido como un mecanismo de comunicación entre miembros de la misma especie, siendo quizá de un color llamativo que tendría utilidad a la hora de atraer pareja o de ahuyentar rivales. Sus patas traseras eran relativamente cortas con relación a las de otros allosauroides, pero a su vez, eran fuertes y presentaban un fémur levemente más largo que la tibia, proveyendo al animal de buen sostén para su macizo cuerpo mientras se movía. Por otra parte, hay quien sugiere que su constitución corporal lo hacía poco más ligero que otros terópodos de tamaño similar y que es posible que esto lo ayudara a moverse con agilidad. También es de tener en cuenta que sus patas delanteras, a pesar de ser comparativamente cortas con relación a las de otros terópodos, eran relativamente fuertes y estando provistas de tres dedos equipados con largas garras, es probable que fuesen un arma formidable a la hora de cazar o de combatir con potenciales competidores por el alimento, el territorio o el derecho a reproducirse.

Descubrimiento e Historia
Descubiertos por Rubén Carolini en 1993 en la provincia del Neuquén, Argentina, los primeros fósiles de Giganotosaurio ya indicaban que se trataba de algo grande e importante. Los mismos fueron descritos en 1995 por Rodolfo Coria y Leonardo Salgado, causando revuelo. Este primer ejemplar consistía un 70% del esqueleto, el cual incluía parte del cráneo, la pelvis, parte del hombro, una de las patas traseras y parte de la columna vertebral. Esto permitió a los autores estimar una longitud aproximada a los 13 metros, mas eso sólo fue el principio. Tres años más tarde, en 1998, tras una serie de estudios y comparaciones, se descubrió que un dentario parcial hallado en 1987 parecía encajar con perfil del género descrito por Coria y Salgado, pero éste claramente pertenecía a un ejemplar de mayor tamaño. Desde entonces, se han propuesto estimaciones aún superiores a las propuestas por Coria y Salgado y el Giganotosaurio ha pasado a ser uno de los terópodos más grandes conocidos. Con estos hallazgos, se reveló la presencia de un nuevo tipo de terópodos que demostraría que la fauna cretácica de Sudamérica era más diversa y compleja de lo previsto.

Grande, pero no el más Grande
El Giganotosaurio es hasta ahora el terópodo más grande conocido de América del Sur. De hecho, cuando su hallazgo fue revelado públicamente en 1995, el Giganotosaurio ganó fama como el primer terópodo en superar en tamaño al legendario Tiranosaurio rex y durante cerca de una década, mantuvo el título del dinosaurio carnívoro más grande conocido. Sin embargo, estudios posteriores revelarían que este titánico terópodo tiene una fuerte competencia. Una revisión del holotipo llevaría a reestimar las dimensiones poco superiores a los 13 metros inicialmente propuestas, revelando una longitud menor y aproximada a los 12.5 metros. No obstante, el segundo ejemplar parece ser un individuo un 6% u 8% más grande, para el cual se propone una longitud de entre 13 y 15 metros. Aún así, actualmente se conocen otros terópodos que rivalizan en tamaño con el Giganotosaurio, como el Espinosaurio, el Carcharodontosaurio y el propio Tiranosaurio rex, cada uno de los cuales se conoce por material que permite realizar estimaciones hipotéticas, pero razonables, siendo el Espinosaurio para el que actualmente se proponen las mayores medidas en términos de longitud y el Tiranosaurio para el que se proponen las mayores estimaciones en cuanto a altura, siendo levemente superiores a las del Giganotosaurio. Sin embargo, no hay duda de que el Giganotosaurio es uno de los terópodos de mayor tamaño conocidos y es una prueba contundente de lo inmensos que podían llegar a ser los terópodos en el Mesozoico.

Hábitat
Desde hace 100 a 94 millones de años, lo que hoy es Argentina estaba compuesto por una variedad de panoramas que incluían desde grandes zonas boscosas hasta amplios terrenos abiertos ocasionalmente afectados por actividad volcánica. En estos paisajes diversos cercanos al océano, el Giganotosaurio compartía su entorno con otros dinosaurios de gran tamaño y daba caza una amplia gama de presas, incluyendo enormes saurópodos tinanosáuridos como el Argentinosaurio, diversidad de ornitópodos como el pequeño Loncosaurio e incluso, otros terópodos más pequeños como los unenlagíinos, además de que probablemente competiría con la gran variedad de abelisáuridos que predominaban entonces en aquellas tierras como el Ekrixinatosaurio e incluso, con otros carcarodontosáuridos como el Mapusaurio.

Comportamiento
No se conoce mucho sobre el comportamiento del Giganotosaurio, pero al contar con pruebas fósiles que permiten sugerir que su pariente cercano, el Mapusaurio y que muchas de sus presas potenciales eran saurópodos de tamaño considerable, se teoriza que este gran depredador se convivía en grupos. De esta forma, tendría mayores probabilidades de derribar presas arduas y de gran tamaño, además de que facilitaría la vigilancia y cuidado de las crías para así garantizar su supervivencia. Sin embargo, dada la falta de pruebas directas, la posibilidad de que haya sido un animal territorial y de conducta solitaria no es del todo descartada.

22 de junio de 2015

Documentales "Lucha a Muerte de Dinosaurios" y "T-Rex: El Superviviente"

Un saludo a todos.

En esta ocasión, no tenemos una entrada convencional. Hoy, compartiremos información de una forma distinta y es a través de un par de documentales recientemente lanzados por la cadena National Geographic relacionados con el tema principal del blog.

El primero es "Lucha a Muerte de Dinosaurios", el cual explora un nuevo e inusual fósil que ofrece nuevas pistas sobre el misterio de la controversial identidad del tiranosáurido pigmeo de Norteamérica, al que algunos identifican como un Tiranosaurio joven y otros, como una especie distinta a la que se conoce como Nanotyrannus lancensis.


El segundo documental es "T-Rex: El Superviviente", programa que trata sobre los aspectos biológicos y etológicos detrás de la sorprendente capacidad del T-rex y otros tiranosáuridos de sobrevivir a los múltiples daños a los que estaban expuestos en su vida como depredadores.

Actualizado: En vista a que el video de "T-Rex: El Superviviente" ha sido eliminado de YouTube, a continuación se provee un enlace alternativo donde podrá disfrutar del documental. Perdone los inconvenientes y gracias por su comprensión:

Próximamente, se publicarán más entradas como esta y esperamos que sean de su agrado e interés.

22 de mayo de 2015

Dinoficha: Baryonyx

Un cordial saludo a todos.

Tras más de un mes sin novedades en el blog, hoy éste se actualiza con la dinoficha de un terópodo muy peculiar e interesante. Es pariente del famoso Espinosaurio, siendo quizás uno de los miembros más conocidos de esa enigmática familia. Se trata del Baryonyx walkeri.

Baryonyx
 
Imagen del Museo de Historia Natural de Londres

Localización: Europa
Clasificación: Saurischia, Terópodo, Espinosáurido
Significado del nombre: Garra Pesada
Tamaño: 9 a 10 metros de largo
Período: Cretáceo
Dieta: Combinación de Piscívora y Carnívora

Características
El Baryonyx fue un terópodo relativamente grande, el cual alcanzaba una longitud probablemente cercana a los 10 metros, una altura de aproximadamente, 2.7 metros y un peso oscilante entre las 1.5 y las 2.7 toneladas. Una de sus características más sobresalientes es su cráneo alargado y de forma tubular en el que poseía mandíbulas parecidas a las de los cocodrilos, las cuales contaban con cerca de 96 dientes, según sugieren algunos expertos, contando con 32 en las mandíbulas superiores y con 64 en las inferiores. Estos dientes son más lisos, ampliados y proporcionalmente más pequeños que los que se aprecian en la mayoría de los terópodos y adoptan una forma cónica. Los más largos se encuentran al borde del morro, tras el cual se observa una diastema similar a la que poseen los cocodrilos. Estas características indican que sus mandíbulas estaban mejor adaptadas para la captura de presas escurridizas que para el desgarre de carne, ya que estas herramientas son útiles a la hora de atraparlas sin que éstas escapen. Otro rasgo inusual es el hecho de que las fosas nasales se ubican a casi 10 cm de la punta del hocico, estando más atrás que en el resto de los terópodos. Según algunos investigadores, es probable que el Baryonyx tuviese una pequeña cresta en la parte superior del cráneo, como la que se aprecia en varios de sus relativos. Su cuello era moderadamente largo y poco robusto con relación al de otros terópodos de gran tamaño y estaba posicionado casi paralelamente al suelo. Otra característica resaltante en este dinosaurio son las garras de 25 cm que se ubicaban en el primer dedo de sus patas delanteras. Cada una de éstas tenía una forma curva muy resaltada, asimilándose a un garfio. Si bien su uso es objeto de debate, es sabido que tenían una función importante en el estilo de vida del dinosaurio, idea que es reforzada por el hecho de que sus brazos también eran relativamente largos y fuertes. Las patas traseras eran largas y estaban compuestas por un fémur y una tibia moderadamente anchos y similares en longitud. Algunos paleontólogos especulan que éstas eran considerablemente fuertes y que pudieron haber sido útiles para nadar, valiéndose también de su cola para propulsarse en el agua.

Descubrimiento e Historia
Los primeros restos de Baryonyx fueron descubiertos en 1983 por el coleccionista de fósiles inglés, William Walker en un pozo de arcilla cerca de Ockley en Surrey, Inglaterra. Lo primero que divisó fue una enorme garra que sobresalía del suelo. Tras este hallazgo, comenzó a excavar el lugar junto a un equipo y desenterró un esqueleto parcial que incluía una buena parte del cráneo de la criatura. Tras extraer los huesos, los llevó al entonces llamado Museo Británico (hoy, el Museo de Historia Natural de Londres), donde sería estudiado durante los posteriores tres años y algunos paleontólogos pensarían que se trataba de un cocodrilo prehistórico o incluso, un rauisúquido cretácico. No obstante, en 1986, el desafiante fósil sería formalmente descrito por Alan Charig y Angela Milner, quienes lo nombrarían "Baryonyx walkeri", que quiere decir "Garra Pesada de Walker", en honor a su descubridor. Tras exhaustivas observaciones, Charig y Milner descubrieron que se trataba de un terópodo, pero muy inusual al cual clasificaron en una nueva familia llamada "Baryonychidae" (baryoníquidos). No sería hasta 1998 que, tras varios hallazgos y estudios no sólo centrados en el Baryonyx, sino también en algunos de sus relativos, éste sería reclasificado como un espinosáurido, grupo que fue nombrado 74 años antes. Desde entonces, se han extraído varios fósiles en su mayoría, fragmentarios no sólo en Inglaterra, sino también en España y Portugal.

Alimentación Especializada
El Baryonyx cuenta con características poco comunes para los estándares de un terópodo. La estructura de sus mandíbulas alargadas y la forma de sus dientes sugieren que más que para derribar presas de gran tamaño, este terópodo estaba hecho para capturar presas escurridizas. Los paleontólogos rápidamente notaron que sus mandíbulas eran similares a las de algunos cocodrilos, como el actual gavial y que parecen estar perfectamente adaptadas para atrapar peces. Esta idea se reforzó con el hallazgo de escamas y dientes de peces en la cavidad estomacal de la criatura, lo cual reveló que éstos constituían una parte importante de su alimentación. Es de tener en cuenta además que su entorno era considerablemente húmedo y que restos de peces de hasta 3 metros de largo se han encontrado en las cercanías de sus fósiles, pudiendo haber sido una presa común para un piscívoro de gran tamaño, como probablemente lo fue el Baryonyx. Probablemente, el Baryonyx internaba la parte delantera de su hocico en el agua mientras sus fosas nasales sobresalían, permitiéndole respirar mientras atrapaba a su presa. La diastema en su morro era útil para incrustar cualquier pez en sus mandíbulas sin que éste escapara. No obstante, es sabido que la alimentación del Baryonyx no estaba restringida a la ictiofagia. Los huesos de lo que probablemente fue un ejemplar joven de Iguanodón fueron descubiertos entre las costillas del esqueleto de Baryonyx junto a los fósiles de peces. Si bien la mayoría de los paleontólogos sugiere que el Iguanodón ya estaba muerto cuando el Baryonyx comenzó a alimentarse de él, un estudio publicado en 2013 indicó que las mandíbulas del Baryonyx podían resistir más fuerza que la del gavial actual, siendo comparables a las del cocodrilo de hocico estrecho africano, por lo que es posible que el Baryonyx también pudiese cazar animales de tamaño medio.

Garras de Garfio
El Baryonyx tenía brazos relativamente fuertes en los que, como en la mayoría de los terópodos, contaba con manos provistas de tres dedos. En el primero de éstos poseía una garra de 25 cm de largo, la cual tenía forma de garfio. Algunos científicos han sugerido que ésta era útil para capturar presas potenciales, como por ejemplo, peces. No obstante, existe controversia en el asunto y actualmente es más aceptada la idea de que el Baryonyx usara sus garras, más que para capturar a su presa, para sujetarla y desgarrarla una vez el animal la capturaba con su hocico, de modo que las garras serían utilizadas para esquilar la carne de las mismas, pues sus dientes no parecían estar diseñados para este fin.

Hábitat
El Baryonyx habitó en lo que actualmente es Inglaterra y parte de la Península Ibérica desde hace cerca de 130 millones de años hasta hace aproximadamente, 125 millones de años, a principios del período cretácico. Durante ese tiempo, Europa estaba dividida en varias islas de diferente extensión, las cuales estaban separadas del continente en la región oriental por un mar poco profundo al que los geólogos conocen como el Mar de Tetis. Éste era un lugar predominantemente pantanoso que disfrutaba de un clima cálido durante todo el año y era abundante en diferentes tipos de coníferas, arecáceas y helechos. Lo que hoy es Inglaterra estaba unido a la actual Península Ibérica y en ese entonces su superficie consistía en el delta de una serie de ríos vinculados a un estuario conocido como el Lago Wealden. En este mundo húmedo y denso, el Baryonyx aprovechaba la abundante fauna acuática que allí se desarrollaba y coexistía con otros terópodos, como el Neovénator y el Eotyrannus, así como con ornitópodos, como el Iguanodón y el Hypsilophodon y con saurópodos, como el Pelorosaurio.

Comportamiento

Debido a la escasez de material, es poco lo que se sabe sobre el comportamiento del Baronyx. Sin embargo, al considerar que este terópodo, como todos los espinosáuridos, parece compartir varias características con los cocodrilos y que su dieta consistía mayormente en peces, los paleontólogos sugieren que éste pasaba la mayor parte de su vida cerca de los grandes cuerpos de agua, alimentándose de fauna acuática, de los restos de animales que morían allí y posiblemente, de otros dinosaurios de tamaño medio.  Existe duda sobre la conducta social del Baryonyx. Algunos opinan que como algunos cocodrilos, el Baryonyx pudo haber convivido en pequeños grupos. Otros opinan que, debido al tipo de presas que tendía a cazar, prefería optar por un estilo de vida solitario. Independientemente del comportamiento social que asumía habitualmente, es posible que como se ve en algunos cocodrilos actuales, en la época de reproducción, el Baryonyx se reuniera en grupos donde los machos se reproducirían con varias hembras y viceversa y que una vez finalizado el apareamiento, las hembras serían las que tendrían que velar por el desarrollo y cuidado de las crías durante un período de tiempo determinado después del cual incluso podría llegar a verlos como alimento.

8 de abril de 2015

Dinoficha: Ornithomimus

Muy buenas a todos. Hoy, tenemos una dinoficha un tanto especial, pues en muchas ocasiones, lo primero que nos viene a la mente cuando pensamos en terópodos tienden a ser los miembros más grandes y feroces de este grupo, como el famoso T-rex, el Espinosaurio o el Giganotosaurio o quizás, los pequeños, pero fieros dromaeosaurios, como el Velociraptor o el Deinonychus. Sin embargo, no todos los terópodos eran carnívoros estrictos y la dinoficha de hoy se centra en un terópodo muy peculiar que no era precisamente un mortífero depredador. Se trata de... ¡El Ornithomimus!

Ornithomimus
 
Ilustración de Andrey Atuchin

Localización: Norteamérica
Clasificación: Saurischia, Terópodo, Ornitomímido
Significado del nombre: Imitador de Ave
Tamaño: 3.5 a 4 metros de largo
Período: Cretáceo
Dieta: Omnívoro
Especies: O. velox, O. edmontonicus

Características
El Ornithomimus es un dinosaurio bastante similar a las avestruces y emúes de la actualidad tanto en forma, como en tamaño. Los ejemplares de mayor tamaño alcanzan los entre los 3.5 y los 4 metros de largo, 2 de alto y un peso aproximado a los 200 kilogramos, aproximadamente. Este terópodo presentaba un cráneo pequeño en el que poseía un pico estrecho, alargado y desdentado. Su cuello era largo y su cuerpo, relativamente grácil. Sus brazos eran alargados y angostos y terminaban en tres largos dedos con garras afiladas, de los cuales, el primero era el más extenso, características que, junto con un torso más corto, lo diferenciaban de otros ornitomímidos. Sus patas traseras también eran considerablemente largas con relación al tamaño del cuerpo y en éstas se observaba que la tibia era cerca de un 20% más larga que el fémur. La longitud y estructura de las patas traseras del Ornithomimus y el diseño de su cuerpo permiten afirmar que éste era un animal muy veloz. De hecho, algunos científicos sugieren que podría alcanzar velocidades superiores a los 70 km/h. Su cola también era larga y se cree que le era útil a la hora de balancearse mientras corría. Como en la mayoría de los ornitomímidos, su cerebro era grande comparado con el de otros dinosaurios y muchos expertos coinciden en que las porciones cerebrales de mayor tamaño están dedicadas a la coordinación kinestésica (que está asociada al movimiento de los músculos, tendones y articulaciones). Descubrimientos recientes apuntan a que este dinosaurio estaba cubierto de plumas. Se recuperaron tres especímenes que mostraban impresiones de plumas filamentosas. Uno de ellos era un ejemplar juvenil, en el cual se aprecia una capa de plumaje que bordea su cuello, patas y espalda. Los otros dos especímenes aparentan tratarse de ejemplares adultos y parecen mostrar plumas penáceas (las que forman en ala de un ave) en los antebrazos, aunque estudios posteriores pusieron en duda que este fuera el caso.

Descubrimiento e Historia
El descubrimiento de los primeros fósiles de Ornithomimus se remonta al año 1889 y se le atribuye al cazador de fósiles, George Lyman Cannon, quien encontró los fósiles en el Cañón Lyman, cerca de Denver, Colorado. Éstos serían descritos el año siguiente por el famoso paleontólogo, Othniel Charles Marsh, quien los identificaría como una nueva especie a la que nombró Ornithomimus velox, aludiendo a las patas similares a las de un avestruz. Curiosamente, el género había sido previamente utilizado para otro dinosaurio descubierto en New Jersey en 1865, el cual fue posteriormente reclasificado, validando el nombre para la especie descrita por Marsh. Inicialmente, Marsh pensó que se trataba de un ornitópodo, como el Hypsilophodón, pero en 1892, tras estudiar un nuevo espécimen más completo descubierto en Wyoming por John Bell Hatcher, lo reclasificó en un nuevo grupo, distinto a todos los conocidos hasta entonces al que llamó Ornithomimosauria. Marsh había descrito cerca de cinco especies de Ornithomimus, algunas de las cuales actualmente son inválidas. En los años posteriores, nuevos ejemplares se extrajeron desde la parte oeste de Estados Unidos y del Sudoeste de Canadá. Eventualmente, muchos de los ejemplares inicialmente identificados como Ornithomimus resultaron pertenecer a otros géneros. Actualmente, sólo se reconocen dos especies, O. velox y O. edmontonicus, aunque hay quien opina que el Struthiomimus sedens, una especie nombrada en 1981 por el propio Marsh y posteriormente separada del género, también puede ser válida, aunque existe controversia sobre eso.

Dieta Variada
El Ornithomimus presentaba un pico largo y relativamente puntiagudo, similar al de algunas aves de la actualidad que se caracterizan por una alimentación generalizada. Se cree que al igual que éstas, el Ornithomimus, así como la mayoría de los miembros de su familia, estaba adaptado para explotar eficientemente una dieta omnívora consistente en diversas plantas, semillas y frutos, así como en insectos, crustáceos, pequeños reptiles, anfibios, mamíferos y peces. Algunos paleontólogos incluso sugieren que este terópodo picoteaba los nidos de otros dinosaurios para alimentarse de los huevos o de las crías recién nacidas.

Hábitat
El Ornihomimus vivió desde hace 70 millones de años, a finales  del Cretáceo hasta hace 65 millones de años, en la actual parte oeste de Norteamérica. Muestras geológicas revelan que éste era un lugar compuesto por inmensos bosques en los que predominaban las coníferas, helechos y cicadáceas, que eran alimentados por cuerpos de agua dulce que se formaban en zonas montañosas. Estos bosques bordeaban extensas praderas abundantes en vegetación baja. Aquí el Ornithomimus coexistía con grandes herbívoros, como los akylosaurios, ceratopsianos y hadrosaurios y también con otros terópodos más pequeños, como troodóntidos y oviraptorosaurios, los cuales pudieron haber representado una posible competencia por el alimento. También es muy probable que fuese una presa potencial de otros terópodos, como el famoso Tiranosaurio rex, el Nanotyrannus y el Dromaeosaurio. Es posible que el Ornithomimus se desarrollara en áreas densas o predominantes en arbustos, donde tendría ventaja sobre la mayoría de los depredadores a la hora de huir.

Comportamiento
Partiendo del descubrimiento de varios fósiles de Ornithomimus y del comportamiento de las actuales ratites, los paleontólogos piensan que tanto el Ornithomimus, como la mayoría de sus relativos se aglomeraba en grupos y que se desplazaba de esa forma probablemente, como medida de seguridad. De este modo, proveía protección para sus crías. De hecho, el hallazgo de dos crías encontradas en las cercanías de un ejemplar adulto sugiere que este terópodo proveía cuidado a los individuos jóvenes durante un período prolongado, pues se estima que los especímenes juveniles tenían cerca de un año de edad al momento de su muerte. Se cree que el Ornithomimus y la mayoría de sus parientes presentaban dimorfismo sexual, siendo el macho de algún modo más colorido que la hembra. También se ha sugerido que tanto el macho como la hembra participaban en el cuidado de las crías, siendo el macho quien ocasionalmente empollaba a los huevos mientras la hembra iba en busca de alimento, como ocurre con las avestruces en la actualidad.