Hasta tiempos recientes, muchos pensábamos que los bizarros espinosáuridos estaban limitados a los territorios de edad cretácica que en la actualidad componen Europa, el Norte de África, el Noreste de Sudamérica y el Sur de Asia. Sin embargo, nuevos descubrimientos nos indican que estos enigmáticos terópodos gozaron de una expansión territorial y temporal más amplia de lo que habíamos imaginado.
A pesar de que los fósiles de estos dinosaurios son difíciles de hallar, éstos han comenzado a surgir de territorios donde nunca antes se hubiese intuido que se encontrarían. Así lo demuestra una pequeña vértebra encontrada en mayo de 2011, la cual es muy similar a una de las vértebras cervicales del Baryonyx. Este fósil data de 125 millones de años (Principios del Cretáceo) y, según estudios llevados a cabo poco tiempo después de desenterrarlo, pertenece a un ejemplar joven de 2.5 o 3 metros de largo, aproximadamente, lo cual lo convierte en un hallazgo poco común. Pero lo más extraordinario es el lugar donde fue recuperado el hueso. Se trata de la Formación Eumeralla, en Victoria, Australia, lo que no sólo lo convierte en el primer espinosaurio descubierto en terreno australiano, sino que también indica que el grupo tuvo acceso a este continente (entonces comprendido por Australia y Antártida) cuando aún colindaba con la zona de Eurasia. Esto significa que las probabilidades de encontrar otros ejemplares de espinosáuridos en Australia son cada vez mayores.
El espinosáurido australiano (joven): Ilustración de Hyrotrioskjan de Deviantart
No obstante, un hallazgo reciente muestra ser aún más intrigante. El origen de esta familia de dinosaurios terópodos ha sido un gran misterio desde que Ernst Stromer reveló los primeros fósiles de Espinosaurio al mundo. Sin embargo, el pasado mes de abril se realizó un estudio exhaustivo de un diente encontrado a principios del Siglo XX. El diente había sido atribuido a la especie Labrosaurio stechowi, posteriormente catalogada como una especie dudosa. El nuevo estudio, llevado a cabo por Eric Buffetaut, demostró que el fósil era muy parecido a los dientes del Baryonyx, por lo que éste pertenecía en realidad, a una especie de espinosaurio, mas no era uno común. El diente fue encontrado en la Formación Tendaguru de Tanzania, Sudáfrica, la cual data de finales del período Jurásico. Esto convierte al espinosaurio de Buffetaut, al cual nombró Ostafrikasaurio crassiserratus, no sólo en el primero encontrado en África del Sur, sino también en el miembro más antiguo de la familia de los espinosáuridos conocido hasta ahora. Siendo así, el Ostafrikasaurio podría arrojar nueva luz sobre los orígenes de estos enigmáticos dinosaurios. De hecho, el diente recopilado indica que los miembros primitivos de este grupo presentan dentículos más grandes en las carenas, lo que lo diferencia de los miembros posteriores de la familia, los cuales muestran dentículos más pequeños, lo que los adaptaba más a una dieta no exclusivamente carnívora, como probablemente lo fue la de los megalosaurios. Algunos piensan que, si el diente corresponde al lugar asignado (basándose en el Baryonyx), el Ostafrikasaurio pudo haber medido de 7 a 8.2 metros de largo.
Ostafrikasaurio: Ilustración de Hyrotrioskjan de Deviantart
De modo que, los espinosaurios son un grupo más próspero y antiguo de lo que habíamos imaginado. Cada hallazgo nos lleva a formular nuevas ideas y teorías sobre cómo vivieron, se desarrollaron y se expandieron por el mundo estos animales.
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