Bueno, seguro que muchos recordarán la entrada "Deinocheirus:De Ornithomimosaurio a Anatomomosaurio" publicada el pasado verano y ya
están al tanto del nuevo aspecto del Deinocheirus, pero hoy el material que nos
revelaría la extraña apariencia de este animal ha sido oficialmente publicado y
el resultado es mucho más sorprendente de lo que imaginábamos.
Ilustración de Michael Skrepnick
El autor primario del artículo, publicado en la revista
Nature, es Yuong-Nam Lee del Instituto de Ciencias Geológicas y Recursos
Minerales de Korea.
Anteriormente, se nos había anunciado que este dinosaurio
tenía una peculiar elevación en las espinas neurales y un cráneo pequeño,
angosto y desdentado, pero aplanado y extendido en el frente, siendo diferente
al de cualquier otro terópodo. Pero el artículo de Lee y sus colegas nos dice
aún más.
Ahora sabemos que el Deinocheirus era un animal de 11 metros
de largo y 6 toneladas de peso con mandíbulas inferiores relativamente profundas.
Sin embargo, la forma de su cráneo y su tamaño con respecto al resto del cuerpo
indica que éste no estaba hecho para ejercer demasiada fuerza.
Los nuevos fósiles sugieren
que el Deinocheirus no era estrictamente carnívoro, como la mayoría de los
terópodos. La forma de su cuerpo no lo hacía un corredor rápido, como sus relativos,
por lo que es poco probable que fuese capaz de perseguir una presa huyente.
Además, el diseño de sus mandíbulas desdentadas no era el apropiado para un
depredador.
Según Lee, el Deinocheirus se alimentaba principalmente de vegetación
blanda. Sobre todo, de plantas acuáticas. Su pico está perfectamente diseñado
para arrancarlas, mas no para masticarlas. No obstante, el hallazgo de 1,400 de
piedras dentro del torso de los especímenes ofrece una respuesta más clara de
cómo el animal se alimentaba. Este hallazgo llevó a los expertos a teorizar que
como algunas aves y otros dinosaurios herbívoros, el Deinocheirus ingería
piedras para moler la vegetación en su estómago, adoptando éstas el nombre de "gastrolitos".
Pero eso no es todo. Restos de peces fueron encontrados entre
las piedras. Esto apoya la idea de que Deinocheirus era omnívoro y que aparte
de plantas, también se alimentaba de peces y otros vertebrados pequeños.
De acuerdo a este planteamiento, es posible que las "manos
terribles" que le dieron su nombre fuesen utilizadas para excavar en busca
de alimento o atraer ramas altas hacia su boca, como se ha sugerido para los
therizinosaurios.
El equipo de Lee también demostró que los huesos al final de
la cola del Deinocheirus estaban fusionados en una sola estructura llamada "pigóstilo",
la cual es común en las aves modernas y funciona como soporte para plumas largas
en el extremo de la cola. Teniendo esto en cuenta, los expertos ahora indican
que es probable que el Deinocheirus tuviera una especie de "abanico de
plumas" al final de su cola.
Sin embargo, el misterio del Deinocheirus sólo está
empezando a aclararse. Aún hay muchas interrogantes por responder y numerosos
secretos por revelar sobre este asombroso terópodo.
Fuente:
http://phenomena.nationalgeographic.com/2014/10/22/deinocheirus-exposed-meet-the-body-behind-the-terrible-hand/
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