29 de julio de 2012

Dinoficha: Allosaurio

Hoy les traigo la dinoficha de uno de los terópodos más grandes del Jurásico y uno de los más conocidos en la cultura popular: El Allosaurio.

Allosaurio
Localización: Norteamérica, Europa y África
Clasificación: Saurischia, Terópodo, Allosáuridos
Significado del nombre: “Lagarto Diferente”
Tamaño: 11 a 12 metros de largo
Período: Jurásico
Dieta: Carnívoro

Características
El Allosaurio fue uno de los dinosaurios carnívoros de mayor tamaño y quizá, el más grande que existió durante el período Jurásico. A pesar de su gran tamaño de entre 11 y 12 metros de longitud y 3.5 metros de altura, este animal sólo alcanzaba las 2.3 toneladas de peso, lo cual lo hace más liviano que otros animales semejantes en tamaño. Esto se debe a la ligera constitución de sus huesos y a su masa muscular poco sofisticada en comparación con otros carnívoros gigantes, lo que le ayudaba a alcanzar velocidades considerables, además de darle la capacidad de saltar sobre sus presas y posibles competidores. Este terópodo tenía brazos relativamente largos en comparación con otros grandes dinosaurios carnívoros en los que poseía enormes garras de hasta 15 cm de largo, que eran muy útiles para desgarrar a sus presas y luchar contra sus rivales. El Allosaurio poseía un enorme cráneo equipado con dos mandíbulas que contenían a cerca de 70 dientes de 10 cm de largo con bordes aserrados. Además, estos dientes finos y en forma de daga estaban curvados hacia atrás, lo que prohibía el escape de sus presas una vez que éste atacaba. Gracias a unas articulaciones especiales, los maxilares del Allosaurio eran capaces de extenderse hacia los lados, lo que le ayudaba a desgarrar grandes trozos de carne al morder. Sin embargo, es de notar que estudios recientes sugieren que sus mandíbulas no eran muy fuertes. Los huesos del cráneo poseían amplios orificios que hacían su cabeza más liviana y le brindaban espacio a los músculos y órganos sensoriales. Los ojos de este carnívoro estaban posicionados 20° hacia los lados, proveyéndole una visión binocular poco sofisticada, pero lo suficientemente formidable como para calcular la la distancia y el tiempo requerido para atacar a una presa. Sin embargo, tendría que voltear la cabeza de lado a lado para saber hacia dónde se movería ésta. Una de sus características más sobresalientes es un par de crestas óseas y puntiagudas que se ubicaban en la parte superior, en frente de sus ojos, cuya función es debatida por los paleontólogos. Debido a su gran tamaño, temible apariencia y a su lugar en la cadena alimenticia, algunos científicos consideran al Allosaurio como el equivalente jurásico del Tiranosaurio rex.

Descubrimiento y Hallazgos
Los primeros restos de Allosaurio fueron descubiertos en 1869 por los nativos de Middle Park, Colorado, EE.UU. Desafortunadamente, este primer fósil no estaba completo; tan sólo consistía en parte de una vértebra. El hueso pasó a manos de distintos científicos, incluyendo al geólogo Ferdinand Vandiveer Hayden, quien pensó que se trataba de la pesuña de una especie de caballo extinta, luego fue estudiado por Joseph Leidy, quien descubrió que el hueso era realmente una vértebra de dinosaurio y le dio el nombre de Antrodemus, no sin antes atribuirlo a la especie Poekilopleuron, un miembro perteneciente a la familia de los megalosáuridos. El Allosaurio fue nombrado en 1877 por el pionero paleontólogo estadounidense, Othniel Charles Marsh durante el famoso evento en la historia de la paleontología conocido como la “Guerra de los Huesos”. El primer esqueleto completo de Allosaurio fue descubierto en 1883 por un granjero llamado M. P. Fletch en Garden Park, Colorado. Más tarde en 1991, Kirby Siber y su equipo desenterraron otro esqueleto bastante articulado en el desierto de Wyoming, el cual recibió el apodo de “Big Al” (Gran Al) debido lo completo que está fósil, a su perfecta preservación y la importancia que tiene para la paleontología y otras ciencias. Este espécimen estaba un 95% completo pero lo más intrigante es que presentaba unos 19 huesos rotos e infecciones óseas que fueron producidas mientras el espécimen estuvo vivo y que se creen, pudieron contribuir a su muerte. El mismo equipo más tarde halló un fósil similar, al que llamaron “Big Al Two” (Gran Al Dos). Sin embargo, el descubrimiento más controversial que se haya realizado con relación a los fósiles de Allosaurio se tuvo lugar en Utah, en 1960. Se trata de una “cama de huesos” que contenía sobre 46 especímenes de Allosaurio, llamada Mina de Dinosaurios de Caveland Lloyd. Este lugar es uno de los más investigados por los científicos, ya que es uno de los más propicios para encontrar fósiles de Allosaurio y de otras especies que predominaron durante el Jurásico tardío. Desde que los nativos de Middle Park descubrieron los primeros restos de Allosaurio en Colorado, numerosos hallazgos han convertido a este dinosaurio en uno de los más populares. Se han desenterrado fósiles de Allosaurio en gran parte del oeste de los Estados Unidos, en el Sudeste de África y en Portugal, Europa.

La Cresta y su Función
El Allosaurio presentaba una cresta ósea en la parte superior del frente de sus ojos. El tamaño de esta cresta parece variar de individuo e individuo. Sin embargo, se cree que pudo haber estado cubierta de una sustancia llamada queratina, la cual le daba un mayor tamaño y le proveía una capa de piel escamosa, lo suficientemente fuerte para permitir su conservación y preservación durante el proceso de fosilización. Esta cresta tenía forma de cuernos, pero era demasiado fina como para ser usada a manera de embestidas. Esta es sólo una de las razones por la que se debate su función. Una teoría menciona la posibilidad de que ésta servía para proteger a los ojos del sol pero gran parte de los paleontólogos no está totalmente de acuerdo. La afirmación más viable es que pudo haber sido usada como exhibición para atraer pareja o como alarma para ahuyentar rivales. Por esa razón, los científicos afirman que la variación de tamaños pudo haber significado la diferencia entre macho y hembra. Hasta ahora, basándose en el comportamiento de muchos animales actuales, muchos paleontólogos coinciden en que el macho poseía una cresta más grande que la de la hembra y de un color más llamativo.

Hábitat
El dominio del Allosaurio tuvo lugar desde hace 156 a 144 millones de años, durante el período Jurásico. Durante este tiempo, lo que hoy es el oeste de los Estados Unidos, el Sur de África y la península de Portugal, estaban unidos en una vasta extensión de tierra llamada Laurasia. Éste era uno de los dos gigantescos continentes que existían en el planeta durante la parte intermedia de la Era Mesozoica y, en este lugar, el Allosaurio cazaba supremo. Este era un mundo frondoso, donde predominaban bosques abundantes en coníferas, helechos y cicadáceas, además de presentar amplias llanuras abiertas entre la espesura de los mismos. A pesar del incremento de los bosques, estos espacios abiertos también se hacían más grandes, a medida que aumentaba la población de dinosaurios gigantes, como los enormes saurópodos que derribaban una gran cantidad de árboles anualmente para ampliar su territorio y conseguir alimento. Era en estas llanuras donde, además de los saurópodos, también abundaban los estegosáuridos y los ornitópodos primitivos como el Dryosaurio y el Camptosaurio, que buscaban refugio entre estos gigantes, por lo que estos espacios abiertos proporcionaban al Allosaurio la principal fuente de alimento. Mientras que en los extensos bosques se ocultaban los pequeños coelurosaurios y otros terópodos como el Ceratosaurio, un depredador de siete metros de largo, con dientes extra largos y un par cuernos sobre los ojos y uno aún mayor en la punta del hocico, los cuales podrían haber sido parte del menú del Allosaurio, éste pudo encontrar competencia en otros terópodos como el Torvosaurio, un megalosáurido de hasta 12 metros de longitud que pudo haber competido con el Allosaurio por alimento y hasta por territorio. Se afirma que la mayor parte de los terópodos gigantes, acechaban ocultándose entre la vegetación para así atacar sorpresivamente a su presa y el Allosaurio era uno de ellos, por lo que usualmente también se le atribuye este comportamiento.

 Por otro lado, lo que hoy es la Península Ibérica y el Sudeste de África estaban ubicados en la parte Sur de Laurasia, razón por la que eran afectados por un clima más cálido, lo que permitía el desarrollo de amplias sabanas y bosques ricos en vegetación resistente a temperaturas altas. Aquí se desarrollaban varias especies de Allosaurio, adaptadas a estos ambientes más cálidos y a la caza de las criaturas que allí habitaban, las cuales no eran muy diferentes a las que se encontraban las especies del Norte.

Comportamiento
Existe bastante controversia sobre el comportamiento de este dinosaurio. Principalmente, se debate si era territorial o si cazaba en grupo. Parte de esta controversia se remonta al año 1960, cuando se descubrió una cama de huesos a la que los científicos llamaron Caveland Lloyd. Ésta contenía sobre 46 especímenes de Allosaurio, dando a los científicos la idea de que el Allosaurio haya adoptado un comportamiento social. Sin embargo, muchos coinciden en que esta mina de dinosaurios fue en su tiempo una “trampa de depredadores”, un pequeño oasis rodeado de brea en donde los dinosaurios quedaban atrapados hasta morir de hambre o de sed, y que los Allosaurios encontrados ahí llegaron sucesivamente atraídos por las carcasas de los animales que no pudieron salir, teniendo el mismo final. No obstante, gran parte de los paleontólogos consideran que esta teoría pudo haber atrapado del mismo modo a varios grupos de Allosaurios en busca de comida fácil y más intrigante aún, el hallazgo de ejemplares de diversas edades, sugiere la posibilidad de que algunos de estos grupos hayan sido familiares, debido a la presencia de especímenes que no superan los 3 metros de largo cercanos a otros jóvenes de mayor tamaño y a los adultos desarrollados de 11 metros. Sin embargo, algunos sugieren la posibilidad de que estos individuos jóvenes tuvieran además de sus hermanos y hermanas, a uno de sus padres o a ambos como única compañía y que los jóvenes no mayores de 10 metros, llegaron independientemente al lugar. De todas formas, la mayoría considera que el Allosaurio pudo en ocasiones formar grupos de hasta doce individuos para dar caza a diversas especies de saurópodos que viajaban en manadas. Ellos afirman que en grupos, los Allosaurios podrían ingeniárselas para separar a los miembros más jóvenes y a los más débiles de las manadas de saurópodos y acorralarlos durante varias horas hasta que éstos se deshidrataran hasta morir, por lo que es bastante probable que el Allosaurio hubiese adoptado cierto comportamiento grupal, al menos cuando fuese necesario. Además de su comportamiento social, también se debate constantemente por su reproducción. Se sabe que el Allosaurio tenía una cresta ósea en frente de sus ojos, la cual variaba en tamaño posiblemente, entre machos y hembras. La mayoría de los paleontólogos sugiere que esta cresta era usada para atraer pareja durante la época de apareamiento. Muchos de ellos afirman que el macho era poseedor de una cresta más grande y probablemente, de una coloración más brillante que la de la hembra, la cual usaba como señal para llamar su atención y ahuyentar una posible competencia, del mismo modo que sucede con algunos animales de la actualidad.

31 de mayo de 2012

Espinosáuridos: Arrolladores de Barreras

Hasta tiempos recientes, muchos pensábamos que los bizarros espinosáuridos estaban limitados a los territorios de edad cretácica que en la actualidad componen Europa, el Norte de África, el Noreste de Sudamérica y el Sur de Asia. Sin embargo, nuevos descubrimientos nos indican que estos enigmáticos terópodos gozaron de una expansión territorial y temporal más amplia de lo que habíamos imaginado. A pesar de que los fósiles de estos dinosaurios son difíciles de hallar, éstos han comenzado a surgir de territorios donde nunca antes se hubiese intuido que se encontrarían. Así lo demuestra una pequeña vértebra encontrada en mayo de 2011, la cual es muy similar a una de las vértebras cervicales del Baryonyx. Este fósil data de 125 millones de años (Principios del Cretáceo) y, según estudios llevados a cabo poco tiempo después de desenterrarlo, pertenece a un ejemplar joven de 2.5 o 3 metros de largo, aproximadamente, lo cual lo convierte en un hallazgo poco común. Pero lo más extraordinario es el lugar donde fue recuperado el hueso. Se trata de la Formación Eumeralla, en Victoria, Australia, lo que no sólo lo convierte en el primer espinosaurio descubierto en terreno australiano, sino que también indica que el grupo tuvo acceso a este continente (entonces comprendido por Australia y Antártida) cuando aún colindaba con la zona de Eurasia. Esto significa que las probabilidades de encontrar otros ejemplares de espinosáuridos en Australia son cada vez mayores.
El espinosáurido australiano (joven): Ilustración de Hyrotrioskjan de Deviantart

 No obstante, un hallazgo reciente muestra ser aún más intrigante. El origen de esta familia de dinosaurios terópodos ha sido un gran misterio desde que Ernst Stromer reveló los primeros fósiles de Espinosaurio al mundo. Sin embargo, el pasado mes de abril se realizó un estudio exhaustivo de un diente encontrado a principios del Siglo XX. El diente había sido atribuido a la especie Labrosaurio stechowi, posteriormente catalogada como una especie dudosa. El nuevo estudio, llevado a cabo por Eric Buffetaut, demostró que el fósil era muy parecido a los dientes del Baryonyx, por lo que éste pertenecía en realidad, a una especie de espinosaurio, mas no era uno común. El diente fue encontrado en la Formación Tendaguru de Tanzania, Sudáfrica, la cual data de finales del período Jurásico. Esto convierte al espinosaurio de Buffetaut, al cual nombró Ostafrikasaurio crassiserratus, no sólo en el primero encontrado en África del Sur, sino también en el miembro más antiguo de la familia de los espinosáuridos conocido hasta ahora. Siendo así, el Ostafrikasaurio podría arrojar nueva luz sobre los orígenes de estos enigmáticos dinosaurios. De hecho, el diente recopilado indica que los miembros primitivos de este grupo presentan dentículos más grandes en las carenas, lo que lo diferencia de los miembros posteriores de la familia, los cuales muestran dentículos más pequeños, lo que los adaptaba más a una dieta no exclusivamente carnívora, como probablemente lo fue la de los megalosaurios. Algunos piensan que, si el diente corresponde al lugar asignado (basándose en el Baryonyx), el Ostafrikasaurio pudo haber medido de 7 a 8.2 metros de largo.
Ostafrikasaurio: Ilustración de Hyrotrioskjan de Deviantart

 De modo que, los espinosaurios son un grupo más próspero y antiguo de lo que habíamos imaginado. Cada hallazgo nos lleva a formular nuevas ideas y teorías sobre cómo vivieron, se desarrollaron y se expandieron por el mundo estos animales.

21 de abril de 2012

Dinoficha: Deinonychus


Deinonychus

Localización: Norteamérica
Clasificación: Saurischia, Terópodo, Dromeosáuridos
Significado del nombre: “Garra Terrible”
Tamaño: 3 a 4 metros de largo
Período: Cretáceo
Dieta: Carnívoro



Características
La cabeza y el cerebro del Deinonychus eran muy grandes con relación al tamaño de su cuerpo. Sus ojos, al estar posicionados hacia adelante, le proporcionaban una excelente visión binocular. Además, recientes estudios demuestran que al igual que las lechuzas y otras aves de presa, el Deinonychus era capaz de ver en la oscuridad y era un excelente cazador nocturno. Sus dientes eran aserrados y estaban dirigidos hacia atrás, lo que le facilitaba al animal sostener a sus presas y para desgarrar su carne. Los brazos del Deinonychus eran bastante largos. Sus patas traseras también eran muy largas, lo que le permitía correr a gran velocidad. En cada una de sus patas tenía tres dedos movibles equipados con afiladas garras, perfectas para atacar a cualquier desafortunada víctima que se cruzara en su camino. Al igual que todos los dromeosáuridos, tenía una cola rígida y flexible perfecta para mantener el equilibrio incluso al dar una vuelta completa en fracciones de segundos debido a una serie de espigas óseas en su estructura. Pero de todas las características visibles en este dinosaurio, la más sorprendente y la que lo distingue como dromeosáurido es sin lugar a dudas, la garra en forma de hoz en el segundo dedo de cada pata trasera. Mientras caminaba o corría, el Deinonychus mantenía la garra erguida para evitar su desgaste. Pero al momento de lanzarse sobre su víctima, la apoyaba sobre la carne de ésta para apuñalarla en puntos vitales y así, debilitarla y derribarla. Debido a que era un miembro primitivo del grupo de los dromeosaurios, los científicos se plantean dudas sobre si este animal tuvo plumas o no. La mayoría piensa que por las muchas características que le Deinonychus comparte con las aves, es muy probable que su cuerpo estuviese cubierto de plumas, mas un pequeño número opina en que aún no estaba en un punto tan próximo a las aves ni a los velociraptóridos más avanzados de finales del Cretáceo y que siendo un dromeosáurido basal, es posible no hubiese desarrollado una capa de plumas tan compleja. Sin embargo, este segundo grupo no descarta la posibilidad de que los individuos jóvenes estuviesen cubiertos por cierto tipo de plumaje, además de que esta aseveración ha perdido vigor durante los últimos años, habiendo más consenso en que la presencia de plumas era una característica típica de los dromeosaurios y de los deinonycosaurios en general. 

Descubrimiento y Hallazgos
Los primeros fósiles del Deinonychus fueron descubiertos en Montana, Estados Unidos en 1964 por Grant E. Meyer. Fue nombrado en 1969 por el Dr. John H. Ostrom 
(el padre de una nueva era en la historia de la paleontología), quien lo describió. Tras haber estudiado el fósil, Ostrom concluyó que el Deinonychus era muy diferente a los demás miembros de su clase debido a que tenía características tanto de los carnosaurios como de los coelurosaurios. El Deinonychus fue también el primer dinosaurio en el cual se fijaron los paleontólogos para proponer la teoría de que los dinosaurios hayan sido de sangre caliente debido a su gran parentesco con las aves, siendo el iniciador de lo que en la paleontología se conoce como el "Renacimiento de los Dinosaurios". Hasta el día de hoy, se han encontrado más de nueve esqueletos de Deinonychus en las regiones de Montana. Uno de los hallazgos más asombrosos consiste en lo que aparenta ser un grupo de Deinonychus encontrados alrededor de otro fósil perteneciente a un Tenontosaurio. Este descubrimiento ha arrojado nueva luz a la idea de que el Deinonychus cazaba y atacaba a sus presas en grupo.

Hábitat
A principios del Cretáceo, hace aproximadamente 115 a 110 millones de años, cuando el Deinonychus rondaba en Norteamérica, el mundo era distinto al que hoy vemos. Lo que hoy es el estado de Montana y casi toda la zona Oeste central de los Estados Unidos estaba compuesto por planicies inmensas quizá con unas pocas colinas y muy poca presencia de montañas y picos. Estas planicies estaban ocupadas en su mayor parte por extensas praderas y sabanas, aunque no era raro encontrar algunos bosques de exuberante vegetación en los que se encontraban los principales recursos de agua, tales como ríos y charcas que se formaban en éstos y en donde se alimentaban los dinosaurios más grandes. En estos espacios abiertos y en los bosques frondosos, el Deinonychus viv
ía oculto entre la vegetación baja, acechando a las manadas de herbívoros como el Tenontosaurio y el Sauropelta, evitando ser cazado por grandes carnívoros como el Acrocanthosaurio y compartiendo su mundo con otros carnívoros pequeños como el Microvenator. 

Cerebro, Sentidos e Inteligencia
El cerebro del Deinonychus era muy grande con relación al de otros dinosaurios semejantes en tamaño. Estudios detallados sobre éste demuestran que este pequeño terópodo tenía un excelente sentido de la audición que le permitía escuchar cualquier cosa aunque estuviese a varios kilómetros. Su agudo olfato bien podía ser usado para detectar el olor de una presa a gran distancia como también para identificarse con otros miembros de la misma especie. Pero más sorprendente aún era su sentido de la vista. Éste último no sólo estaba altamente desarrollado, si no que también proveía al Deinonychus de visión nocturna, lo que le ayudaba a cazar incluso en las noches más oscuras sin la menor dificultad. Las observaciones sobre el cerebro de esta criatura han sido útiles, mas no determinantes a la hora de estudiar su inteligencia. Aún así, se ha especulado que el Deinonychus fue uno de los dinosaurios más listos de los que se tiene conocimiento, sólo superado por algunos troodóntidos. Se cree de hecho, que empleaba estrategias de caza coordinadas. Debido a la velocidad con la que debía actuar a la hora de atacaba a sus presas, no es de extrañarse que debiera pensar rápido al coordinar sus movimientos. De hecho, se piensa que el Deinonychus coordinaba técnicas de ataque incluso más rápidamente de lo que lo harían muchos animales actuales.

Comportamiento
Dado que se han encontrado varios esqueletos de esta criatura en el mismo lugar, se ha especulado que el Deinonychus usualmente cazaba en manadas. Muchos científicos piensan que estas manadas eran regidas por un orden social similar al de los lobos, con un macho o una hembra dominante y mantenida por otros ocho u hasta diez individuos. Algunos esqueletos se encontraron alrededor de un herbívoro de 6-7 metros de largo llamado Tenontosaurio, lo que ha confirmado que el Deinonychus se alimentaba de animales incluso más grande que él. Además, se han encontrado los fósiles del fémur de un Tenontosaurio que demostraba haber sido atacado por este pequeño carnívoro. Algunos científicos piensan que este animal pudo haber alcanzado velocidades de hasta 50 y 52 km/h, lo que haría del Deinonychus uno de los cazadores más rápidos de su época, siendo también capaz de abatir y vencer presas que lo superaban en tamaño.

29 de diciembre de 2011

Dinoficha: Torvosaurio

Torvosaurio tanneri
Ilustración de Davide Bonadonna

Localización: Norteamérica y Europa
Clasificación: Saurischia, Terópodo, Megalosáurido
Significado del nombre: “Lagarto Salvaje”
Tamaño: 9-12 metros de largo
Período: Jurásico
Dieta: Carnívoro

Características
El Torvosaurio fue uno de los dinosaurios carnívoros más grandes del período Jurásico. Tan sólo se han encontrado dos ejemplares de este poderoso depredador, pero uno de ellos, descubierto en Portugal, nos ha revelado que esta criatura llegaba a medir cerca de 12 metros del largo, 3 de alto y llegaba a pesar de 3 a 4 toneladas, siendo uno de los mayores terópodos de los que se tenga conocimiento. Como la mayoría de los dinosaurios carnívoros de gran tamaño, el Torvosaurio poseía brazos cortos, pero fuertes, además de garras afiladas en las patas delanteras, siendo más larga la del primer dígito, lo que lo asimila a sus posteriores relativos, los espinosáuridos. Estas patas delanteras eran armas formidables diseñadas para sujetar a su presa e incluso, para rasgar su carne. El cráneo de esta bestia tenía una longitud de 158 centímetros, presentaba una forma cuadriforme y a pesar de ser bastante profundo, era relativamente angosto. Además, como todo terópodo, contaba con la presencia de grandes orificios en su cráneo, lo que lo hacía más ligero y le permitía moverlo con agilidad. Como en cualquier megalosaurio, sus ojos estaban posicionados a ambos lados del cráneo de forma alterna, lo que sugiere que no contaba con visión binocular y que por lo tanto, su cerebro no percibía la profundidad como información visual, pero sí le permitía observar si una presa u otro carnívoro pasaba cerca de sus costados. Los maxilares de esta criatura medían más de 63 cm de largo, revelando que este gigantesco animal era poseedor de colosales mandíbulas, cuyos fósiles muestran que estaban equipadas con largos y filosos dientes curvos, en forma de cuchilla, ideales para desgarrar carne. Estos dientes eran sorprendentemente grandes, comparados con los de otros terópodos de tamaño similar.

Descubrimiento y Hallazgos
Los primeros fósiles de Torvosaurio fueron encontrados por los paleontólogos James A. Jensen y Kenneth Stadtman en 1972, en la cantera Dry Mesa, localizada en el oeste de Colorado, E.U. Los restos consistían en un húmero y en los huesos del antebrazo. No obstante, pasarían siete años para que su hallazgo fuera descrito. Finalmente, junto al paleontólogo Peter M. Galton, Jensen procedió a analizar los restos que Stadtman y él habían recuperado a principios de esa década. Durante la descripción, no sólo notaron que se trataba de un dinosaurio carnívoro de gran tamaño, sino también que pertenecían a un tipo de terópodo inusual en Norteamérica: los megalosáuridos, carnívoros comúnmente hallados en sedimentos de edad jurásica en Europa. Así, al culminar su estudio en 1979, Jensen y Galton nombraron al nuevo terópodo “Torvosaurio”, que significa “Lagarto salvaje”. Pero esto es sólo el principio de la historia. El espécimen de Jensen y Stadtman fue nuevamente analizado y descrito en 1991 por Brooks Britt, quien comparando material adicional con los restos previamente descritos, descubrió que pertenecían al mismo dinosaurio. Las nuevas piezas consistían en algunos huesos del cráneo (incluyendo maxilares de aproximadamente, 47 cm de largo) vértebras dorsales, huesos de la cadera y de las extremidades delanteras. Con la adición de este material, se estimó que el Torvosaurio pudo haber tenido un cráneo de 118 cm de largo y una longitud total de 9 metros. Sin embargo, la historia del Torvosaurio no termina aquí.

En el año 2000, los paleontólogos Octávio Mateus y Miguel T. Antunes publicaron el hallazgo de una tibia posiblemente de Torvosaurio en la Formación Lourinha de Portugal. Ese descubrimiento fue seguido por el de de un maxilar parcial recuperado por el joven Aart Walen en el verano de 2003, el cual era muy parecido al descrito por Britt doce años antes, excepto por una cosa. Este hueso mandibular medía unos 63 cm de largo, siendo así 16 centímetros más largo que el encontrado en Norteamérica, lo que indica que perteneció a un animal más grande. Tras estos hallazgos, Mateus, Antunes y Walen publicaron una nueva descripción en 2006, en la que establecen las características del reciente descubrimiento de los especímenes portugueses. Su descripción incluye además el hallazgo de vértebras caudales, huesos de las patas e incluso, más material craneal encontrado en la Formación Lourinha poco antes de su reporte, los cuales fueron atribuidos al género nombrado por Galton y Jensen en 1979. Esto llevó a los paleontólogos a una conclusión: El Torvosaurio no era endémico de Norteamérica, sino que también era común en Portugal. Sin embargo, lo más asombroso de los yacimientos europeos son las dimensiones de los fósiles encontrados. Mientras el ejemplar occidental pudo haber alcanzado unos 9 metros en vida, los especímenes portugueses pudieron haber medido hasta 11 metros o más, utilizando como modelo la estimación para el cráneo en 158 cm de largo, basado en el maxilar recopilado por Walen tres años antes de su publicación.

A pesar de que no se han encontrado fósiles de Torvosaurio en los yacimientos jurásicos del Sur de África, como las Camas del Tendaguru, es posible que este enorme carnívoro también asediara en esas zonas, pues el hallazgo de animales que compartían su entorno en las regiones del norte están igualmente presentes aquí, sugiriendo que estos territorios alguna vez estuvieron unidos.

¿El Mayor Terópodo del Jurásico?
Es posible que el Torvosaurio llegara a medir hasta 12 metros de largo, siendo uno de los mayores dinosaurios carnívoros y según algunos científicos, el mayor depredador de su época hasta ahora encontrado. Sin embargo, otros expertos opinan de diferente forma. Dado que sólo se conoce por varios especímenes incompletos, existe controversia sobre el tamaño exacto que pudo haber alcanzado el animal en vida y por ende, su récord como el terópodo más grande del Jurásico también es objeto de debate. Algunos piensan que este lugar lo pudo haber ocupado el Allosaurio maximus (hay quien piensa que éste pudo haber sido un género distinto al que se le ha llamado “Saurophaganax”), el cual pudo haber alcanzado las mismas proporciones establecidas para el Torvosaurio (12 metros de largo), por lo que el género Allosaurus aún mantiene su título como el depredador más voluminoso del período Jurásico. No obstante, con el descubrimiento de los especímenes de Torvosaurio encontrados en Portugal, dicho título está de igual forma, sujeto a discusión. De hecho, el Torvosaurio es hasta ahora el terópodo más grande encontrado en la formación portuguesa de Lourinha (hasta tiempos recientes, el Torvosaurio había sido el carnívoro más grande de toda Europa, pero el hallazgo de enormes fósiles de otro megalosáurido encontrados en Alemania pudieron haber pertenecido a un animal aún mayor), superando en tamaño incluso al Allosaurio europaeus, el cual, a diferencia de las especies occidentales, pudo haber representado una presa para el Torvosaurio, en lugar de una competencia potencial, lo que significa que el Torvosaurio estaba en la cima de la cadena alimenticia del Portugal jurásico.

Hábitat
El Torvosaurio vivió en lo que hoy es Norteamérica y la Península Ibérica desde hace unos 150 millones de años hasta hace 144 millones de años, a finales del Período Jurásico. En ese entonces, lo que hoy es el oeste de los Estados Unidos, el Sur de África y la península de Portugal, estaban unidos en una vasta extensión de tierra llamada Laurasia. Éste era uno de los dos gigantescos continentes que existían en el planeta durante la parte intermedia de la Era Mesozoica y era un mundo frondoso, predominante en bosques abundantes en coníferas, helechos y cicadáceas, además de amplias llanuras abiertas entre la espesura de los mismos. Además, lo que hoy conocemos como la Península Ibérica y el Sudeste de África estaban ubicados en la parte Sur de Laurasia, razón por la que eran afectados por un clima más cálido, lo que permitía el desarrollo de amplias sabanas y bosques ricos en vegetación resistente a temperaturas elevadas. A pesar del incremento en el desarrollo de los bosques, los espacios abiertos también se hacían más grandes, a medida que aumentaba la población de dinosaurios gigantes como los enormes saurópodos que derribaban una gran cantidad de árboles anualmente para conseguir alimento. Era en estas llanuras donde además de los saurópodos, también abundaban los estegosáuridos y los ornitópodos primitivos que buscaban refugio entre estos gigantes, por lo que estas amplias llanuras pudieron haber representado una importante fuente de alimento para el Torvosaurio. Del mismo modo, pudo haber conseguido comida en los extensos bosques, comunes en ese entonces, donde se ocultaban los pequeños coelurosaurios y otros terópodos como el Ceratosaurio, un depredador de siete metros de largo con dientes extra largos y un par cuernos sobre los ojos y uno aún mayor en la punta del hocico, además del enorme Allosaurio, el cual pudo haber competido con el Torvosaurio por el alimento e incluso, por territorio.

Comportamiento
El Torvosaurio en sí es un animal enigmático, ya que el material fósil recopilado es escaso, razón por la que su comportamiento es tan desconocido como el dinosaurio mismo. Sin embargo, comparando el comportamiento inferido para otros megalosaurios y utilizando la especulación para aplicarlo al papel de depredador ápice, los paleontólogos teorizan que el Torvosaurio pudo haber sido una criatura poco social. Rara vez se pinta a los megalosáuridos interactuando juntos para derribar a una presa y eso se debe a que se cazaban criaturas más pequeñas que las que preferían cazar los allosáuridos y otros depredadores de gran tamaño. Para cazar ese tipo de presas, no sería necesario que estos animales contaran con refuerzos si tenían las herramientas apropiadas. Por esta razón, se cree que el Torvosaurio fue un animal territorial que daba caza a los estegosáuridos, ornitópodos y probablemente a los miembros más jóvenes de las manadas de saurópodos que lo rodeaban. De igual forma, quizá haya depredado incluso en otros terópodos más pequeños, como el Ceratosaurio y el Stokensosaurio. Esta agresiva conducta también lo llevaría a enfrentar a los demás dinosaurios carnívoros de gran tamaño que compartían su entorno, como el Allosaurio y el Edmarka (otro megalosáurido del cual algunos piensan, pudo haberse tratado del mismo Torvosaurio). Debido a la falta de material fósil, se desconoce si el Torvosaurio cuidaba de sus crías. Sin embargo, algunos especulan que al menos, la hembra Torvosaurio se encargaba de la crianza de las crías durante varias semanas o incluso meses. De otra forma, sería casi imposible que alguna llegara a la adultez.