Gracias a nuestro amigo, Leo, hoy publico una entrada que seguro será de
gran utilidad para aquellos interesados en el debate sobre el estilo alimenticio
del Tiranosaurio rex.
La polémica sobre si el Tiranosaurio rex era depredador o
carroñero ha sido muy intensa desde su comienzo. Durante años, el debate se ha
llevado a cabo utilizando como argumento únicamente la especulación y la lógica para sustentar
una teoría o la otra a falta de evidencia fósil. No obstante, luego de casi un
siglo, eso cambió. En 1998, el paleontólogo Kenneth Carpenter publicó un
artículo en el que resalta la descripción de un fósil de Edmontosaurio en el
que enfatiza una marca de mordida en varias espinas neurales de la cola del
espécimen. Según Carpenter, estas marcas, no sólo por su forma y tamaño, sino
también por el tamaño del ejemplar, sólo pudieron haber sido producidas por un
T-rex. Lo más intrigante sin embargo, es que la herida muestra señales de
cicatrización, lo que indica que el Tiranosaurio atacó al Edmontosaurio en vida
y que éste último sobrevivió al ataque, sugiriendo una relación
depredador-presa.
El artículo de Carpenter marcó un antes y un después en la
historia del debate, ya que numerosos fósiles de dinosaurios con marcas de
mordida de Tiranosaurio se habían encontrado hasta entonces, pero ninguno presentaba
muestras de cicatrización y por tanto, no proporcionaban suficientes pruebas
para determinar si éste los cazó en vida o si simplemente comenzó a alimentarse
de ellos después de muertos.
Una década después de esta publicación (en 2008),
el paleontólogo Peter Larson, publicó un libro en el que, junto con Carpenter, menciona el hallazgo de un cuerno y un escamosal de Triceratops, ambos mostrando marcas de mordida
de un Tiranosaurio. El cuerno estaba roto, pero curiosamente, había desarrollado
una nueva capa de hueso sobre la parte afectada. El escamosal también muestra
indicios de cicatrización, lo que sólo sugiere una cosa: este Triceratops
también había sobrevivido a un ataque de Tiranosaurio, proveyendo nueva
evidencia de comportamiento predatorio en el Tiranosaurio rex.
Hallazgos como estos son, por increíble que parezca, la
única evidencia fósil que nos revela un comportamiento predatorio en el famoso
T-rex y al mismo tiempo, es de reconocer que son muy raros. Sin embargo, tan
recientemente como 2013, Robert DePalma y algunos colegas realizaron un
descubrimiento similar y aún más sorprendente. Se trata de un par de vértebras
de la cola de un hadrosaurio fusionadas, indicando que en algún momento,
mientras el animal estuvo vivo, sufrieron un tipo de infección que produjo un
crecimiento deforme de las mismas, pero más curioso es lo que revelaron los rayos
X: entre ambos huesos, hay un diente roto de Tiranosaurio incrustado. Esto
significa que las vértebras fueron cubiertas por una capa de hueso nuevo y en
el proceso, la nueva capa encerró esta parte del diente que se desprendió del
atacante. Se trata de una corona dental de 3.75 cm de largo que coincide con la
típica forma de los dientes del T-rex, lo que sólo puede significar que este
hallazgo es una prueba más de que éste practicaba la caza activa.
A) Las vértebras fusionadas del hadrosaurio B) El diente de Tiranosaurio incustado
Estos hallazgos son cautivadores porque nos muestran que el
T-rex, como cualquier otro depredador, no siempre tenía éxito a la hora de
derribar a sus presas, sino que ocasionalmente fallaba en sus intentos de matar
para ganarse la vida. Sin embargo, son aún más sorprendentes porque nos ofrecen
pruebas de que cazaba animales vivos. De modo que para lo que el rey de los
dinosaurios fue una frustración, para la comunidad científica es un éxito.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste tipo de evidencia demuestra que la teoria del T-Rex carroñero se va derrumbando. El Rex, al igual que los carnivoros actuales, no era siempre exitoso y seguramente tampoco era un cazador de tiempo completo, si veia un cadaver seguramente se alimentaria de él.
ResponderEliminarporque publicaste esta pagina en internet
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